BALOU: Diario de un 'sin techo' (VII)

De Lourdes a Bilbao

Ya me puedo relajar, ya no depende de mí.

Me voy al baño y me lavo bien. Utilizo los champús que llevo, incluso me lavo la cabeza. Hace tanto calor que me viene de cine. Me tomo una orangina con pulpa, jajajaja, la conocí. Y me voy al andén.

Anuncian cambios. El retraso ahora es aún mayor, de hora y media, bufff!! El último bus de Donosti a Bilbao a las 10 de la noche, a ver cómo lo hacemos. Llega el tren y lo cojo.

Las historias del tren son estupendas, me encanta este modo de viajar. Coincido con una pareja que van en bici arrastrando un carrito de esos con banderín en el que llevan media casa. Nos entendemos como podemos. Compartimos las experiencias, por dónde hemos estado sobre todo. También me cuentan que llevan la comida a cuestas, flipante, pero que escapan de las subidas. Llevan un mes por Francia (son estadounidenses por el inglés y el acento me imagino, no se lo pregunté) y han hecho un total de 1.000 kilómetros. Las cuentas me salen a poco más de 30 km al día, aunque realmente no es así porque paran donde les apetece y montan la tienda de campaña. No andan en bici todos los días.

Poco a poco el tren va perdiendo viajeros en las paradas y vamos quedando "los vascos". A Bilbao vamos 4 personas: dos montañeros franceses y un señor mayor, también de Bilbao. Ninguno tiene ni idea de cómo hay que hacer para pillar los enlaces. En cuanto les informo de que andamos muy pillados de tiempo, bufff!! cambian las caras.

El tren de Lourdes salía a las 5. Hora y media de retraso, las 6 y media. 2 horas y media a Hendaya, las 9. 35 minutos el "topo" de Hendaya/Irún a Donosti, las 9 y 35. Cruzar Amara hasta llegar a la estación de autobuses y comprar el billete antes del último bus de las 10 .... Suponiendo que los enlaces fueran al instante, que no lo son, ... Yo por lo menos, para cruzar Amara en Donosti, voy en bici. Los montañeros corriendo, aduras penas. El viejo, con maleta y todo, no sé, no sé, ...

Llegamos a Hendaya a las 20:55. Tenemos muchísima suerte, porque el topo sale a las 21:03 de la misma estación. Les voy guiando y vamos todos juntos corriendo. 35 minutos y a las 21:38 estaremos en Amara, si todo va bien. Mientras pasamos el billete por la máquina, salimos de la estación, que no haya colas, ....., 21:45 nos dan fijo.

Llamo a casa y le digo a mi chica que creo que llegaré a cenar, pero que por los pelos de Blas. Yo le miro al viejillo y pienso "¡¡¡ay, pobre!!!" Los voy preparando, jejeje.
- Hay que correr eh!!
- ¿Pero está muy lejos?
- Dos rotondas de una avenida, hay que correr eh!!

Llegamos a las 21:39, corriendo los 4 por el andén. Pistoletazo de salida y en cabeza se coloca el ciclista, con las luces puestas, conociendo la ruta y saltándose todos los semáforos. Le siguen los dos montañeros con unas mochilas a la espalda que deslomarían a cualquier mula de carga, esterillas al viento. En última posición, muy rezagado, se coloca el viejillo, arrastrando una maleta con ruedines.

Yo llego al despacho de billetes a las 21:49. El chófer está allí. Le digo que se espere que hay una gincana por la ciudad y que haga el favor. Yo ya tengo billete.

Salgo fuera, busco a los dos montañeros a lo lejos, les grito, es aquí!! es aquí!! Otros con billete, salvados!! El viejo, uy el viejo!! No lo vemos.

Los autobuses salen el la calle de al lado, nos tenemos que marchar, el chófer va para allí. Entre que sube el pasaje y se cargan las maletas, y que entretenemos un poco el cotarro con que si no me entra la funda de la bici, ayúdeme un poco, uy que se me ha caído la mochila, jajajajajaja, allí que aparece el viejo sin billete. ¡Hala! Corriendo a por el billete.

Le cojo la maleta, uno de los montañeros le acompaña al despacho, pillo por banda al chófer, que asiente, tranquilos, que le esperamos. Bieeeeeeeennnn!!! Hurrrrraaaaaa!!! Allí que montamos los 4. El viejillo no para de darnos las gracias. Se nos pone una sonrisa a todos de oreja a oreja, jajajajaja.

Le llamo a mi mujer. No te vas a creer todo lo que me ha pasado, jajajaja. Llegamos a Bilbao y el viejillo me sonríe, me coge del brazo y me dice: "¡¡Ya estamos en casa!!"

Ostras!!! Me lo he pasado como un niño pequeño!!

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