Hoy hemos ido a correr un poquito. Hacía tiempo que no lo hacía, desde Villagarcía, y todo ha ido bien. No he vuelto a tener molestias en el gemelo desde que tuve aquella lesión que me dejaba paralizado al poco de empezar a darle a las zapatillas.
Amaia solo ha caminado, que hoy no le tocaba, y Ander se ha metido un buen tute. Juntos hemos dado unas vueltas por el Parque de Doña Casilda (el parque de los patos de toda la vida), donde hemos echado un rato dándoles de comer. Es una buena manera de darle salida a todo el pan duro que se acumula durante la semana.
Luego, mientras ellos regresaban andando, he hecho el paseo del Guggenheim ida y vuelta, más otra vez de ida acompañando a Ander, que poco a poco está que se sale el tío. Es una gozada verle compartir cosas con nosotros, y ver que le gusta y que disfruta con ello.
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