La Sierra de Cazorla

Tras culminar el día anterior en Jabalcón, me dirijo a la Sierra de Cazorla. El tramo entre Baza y Pozo Alcón es de una brutalidad paisajística asombrosa. El Embalse del Negratín se erige en oasis en tan basto desierto.







Asciendo en coche la vertiente sur del Puerto de Tíscar para dejarme caer poco después en bici por la de Quesada, mucho más sosa. No sé si la vertiente sur no tiene números decentes porque es muchísimo más bonita, con algún túnel en roca, la visión del castillo de Tíscar en lo alto, un par de puentes sobre arroyos que descienden por canales pedregosas, ...







La vertiente de Quesada es más de lo mismo, un mirador sobre los olivos. En Jaén tienes siempre la impresión de que todos los sitios son el mismo, con honrosas excepciones. ¡Qué paisaje más repetitivo!





Vuelvo a dejar el coche en Cazorla para dar buena cuenta de Las Palomas. Una subida muy atractiva. Al igual que Tíscar, carente de dificultad. Las vistas similiares, con todo el olivar por allí abajo, y con otro castillo que contemplar: el castillo de La Iruela. En la cima, un magnífico mirador del valle del Guadalquivir en su nacimiento rumbo norte.










El día se me está estropeando un poco y me dirijo a Mogón. La subida al Embalse de Aguascebas - Collado del Pocico se me hace, a excepción de los tramos más duros, de un coñazo insoportable. Hay un espacio central de unos 10 o 12 kilómetros que ni son puerto ni son nada, pero que continúo por ellos porque tengo anotados 28km. Aún así, el paraje al que se llega me resulta muy atractivo para una ruta. En el descenso, hay que dar casi tantos pedales como en el ascenso.










Soy consciente de que no voy a poder hacer todo de día (dado lo larguísimo que ha sido el Pocico) y, ya que Iznatoraf parece buena carretera, decido hacer primero el Collado Agua de los Perros. Por tanto, recorro de nuevo este larguísimo tramo, por estrecha carretera llena de curvas, hasta llegar al Guadalquivir descendiendo desde un mirador espectacular, con una caída enorme. Subiendo el Pocico no he sido consciente, pero esta zona es la caña.






Con cierta oscuridad, más que por la hora por lo cerrado que ha quedado el día, termino esta preciosa subida. El descenso me depara algún buen susto al inicio por la cantidad de gravilla que hay en la estrecha carretera. La decisión de venirme a hacer este antes que Iznatoraf ha sido todo un acierto.





A Iznatoraf llego con el humo de las velas. La bajada hasta Mogón y la vuelta por suave subida, se convierte en un nuevo paseo nocturno.




Por lo que intuí en Mogón y por lo visto en Iznatoraf, creo que no me he perdido mucho al hacerlo de noche.

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