Aumentan las dificultades

Buena noche la que ha hecho en el Col de Péguère. Prontito por la mañana, después de aliñar bien el casete de la rueda, me tiro para Foix. Ya hace calor del bueno a primera hora y no necesito ni manguitos, ni cortavientos, ni nada para el descenso.

El Col de Péguère por esta vertiente son una sucesión de pequeños cols, pero sin dejar de subir en ningún momento. Eso sí, todo muy suave.









La parte alta es la más bonita, muy frondosa, y la más suave. Es un bonito paseo matinal.



Llego al coche con tiempo de hacer un segundo desayuno, como los hobbits. En poco llega un ciclista por una de las otras dos vertientes y una pareja de montañeros aparcan junto a mí para iniciar una ruta.




Las vistas son increíbles, con unos cuantos tres miles a la vista, destacando el Pic d´Estats enfrente o el más lejano macizo del Néouvielle todo nevadito.



Desciendo poco después hasta Massat. Esta vertiente del Péguère es estrechita y tiene un par de rampas cercanas al 20%. Nada que ver con lo que yo he subido.



En Massat se inicia la subida a otro magnífico puerto: el Col de Agnès. Varios ciclistas esperan en la plaza de la iglesia. Yo espero más, dejando que salgan primero y que no tengan que soportar el chirrido que me acompaña, cada vez más exagerado.












Magnífico puerto, muy bonito. A cuatro o cinco kilómetros del final se divide, tomando yo el camino de la derecha. El de la izquierda se dirige al Port de Lers, pero algo más tendido porque, a partir de aquí, el Col d´Agnès endurece bastante.







Con bastante esfuerzo, ya que la rueda frena mucho, llego a la cima. Las vistas de la otra vertiente son espectaculares, y casi alcanzo a ver la subida a Guzet-Neige que me toca luego. Varios ciclistas coincidimos en la cumbre, lo que indica que se trata de un puerto de mucha entidad.





En el descenso me distraigo un momento captando de nuevo el Lago de Lers. Mucha gente aprovecha la jornada para tumbarse al sol en sus orillas. Hace muchísimo calor para estas horas.




El acercamiento a Guzet-Neige por el valle de Oust es alucinante.



Pero solo a partir de Seix empezamos a subir algo más, pero no mucho, que conste.





Dos de los típicos carteles del Ariège nos muestran los números de estos dos puertos coincidentes en sus primeros kilómetros: el Col de Latrape y Guzet-Neige.




A partir del desvío, a falta de seis kilómetros y pico, comienza la subida de verdad.











Típica estampa de estación en época veraniega, casi desierta. Las vistas arriba son lo mejor de la subida.





Pronto aún, siguiendo la tónica habitual de todos los días, me queda la primera subida de lo que ya sería el día siguiente. Me traslado hasta St. Lary para hacer el Portet d´Aspet, un BIG muy decepcionante. La rueda ya me está tocando los huevos. Empiezo a pensar en cancelar la etapa de Arreau.







Mañana tengo que empezar con el Col de Menté. Pero tengo previsto hacer la vertiente opuesta a mi marcha, la de St-Béat. Por ello, aprovecho para echar un par de fotos de la vertiente este.




No me había dado cuenta, pero estoy a tan solo 8km de España. Recibo un SMS muy gracioso de Amaia descendiendo Menté, así que me voy a dormir a Les para poder llamarla por teléfono a bajo coste. Allí dormiré en un parking de camiones enorme.

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