Enemigo público #1

Hoy tengo programada una BIVIBI, la primera brevet independiente del año que une Bilbao con alguna otra ciudad del mapa. El objetivo es llegar a Vitoria y recorrer 200km con unos cuantos puertos más o menos interesantes pero... ¡nadie me había dicho que estuviéramos en alerta!

Como hice con la última brevet independiente del año, salgo a eso de las 08:00 de la mañana para no hacer mucha noche al principio. Además, el inicio del primer puerto de la jornada, sin contar al sempiterno Miraflores,  está a tan solo 15km de casa y quiero sacar alguna foto de él. Se trata de la subida a Sarasola por la vertiente de Zeberio, un puerto que hace mucho tiempo que no subo porque casi siempre tiro por Bikotxgane, un coco mucho más fiero que discurre paralelo.








Apenas son 3km al 4%, lo suficiente como para ir entrando en calor. Ha estado chispeando al inicio pero, al llegar a la cima, descubro quién va a ser el protagonista de la jornada: el viento.



Desciendo rápidamente hasta Artea y continúo hasta el odioso pavé de Areatza, desde donde se comienza la subida a Larreder camino del Gorbea. El inicio asfaltado pero, al poco de empezar, por pista hormigonada.



Una vez dejado atrás el primer kilómetro, el único suave de toda la ascensión, me adentro en el bosque que se encuentra algo desangelado en estas fechas. Durante media docena de kilómetros los dobles dígitos estarán siempre presentes en la que es una de las subidas más exigentes de toda la provincia.





Un par de kilómetros al 12% y 11% de media, respectivamente, son los encargados de preparar bien las piernas en la parte más dura de la ascensión para, después de un agradecidísimo descanso de unos 300 metros, llegar al aparcamiento del área recreativa de Larreder.




Aunque se podía continuar en bicicleta de carretera sin mayores problemas, anteriormente, hasta aquí llegaba la pista hormigonada. Pero cuál es mi sorpresa al ver que el tramo que va a Pagomakurre está arreglado. Por lo menos el inicio, así que decido continuar mientras se pueda.





¡Y vaya si se puede! Los dos kilómetros más que hay hasta Pagomakurre tienen un hormigón en perfectas condiciones, lo que convierte a esta subida, si ya no lo era, en una de las más interesantes de toda Bizkaia. 9km al 8% ya son unos números bien majos.

La pista que sigue camino de las Campas de Arraba se encuentra como siempre. Aunque ya subí por ahí con la flaca en una ocasión, no es lo más recomendable.



Al subir todo el tiempo a resguardo del bosque, apenas he sido consciente, pero en el aparcamiento de Pagomakurre, a pies de la Peña Lekanda, hace un viento terrible. Como siempre en fin de semana, la zona del Gorbea está petada de gente.




Desciendo de nuevo hasta Areatza y me meto en la N-240 con la idea de seguir hasta Vitoria. En Zeanuri inicio la subida a Barazar.




Dejo atrás el embalse de Undurraga y me empieza a entrar un viento racheado de cara que apenas me deja avanzar. Cuanto más alto estoy, más fuerte me azota.







Así, luchando contra el aire más que contra la pendiente, voy haciendo la subida. Los dos últimos kilómetros se me hacen insoportables.



Llego a la cima de Barazar con la visión terrible de la recta que lleva a Legutiano mientras el viento de cara me castiga.



De todos los factores climáticos, este es el que menos soporto: el viento. No me hace la más mínima gracia la idea de pelear contra una fuerza invisible durante unos cuantos kilómetros que me faltan hasta Vitoria. No me parece nada divertido así que, como ya he hecho tres de las cuatro subidas que tenía planeadas, decido darme la vuelta y dejar la BIVIBI para el siguiente fin de semana.

Con aire a favor y terreno descendente, llego volando a Igorre. ¡Vaya gozada!



Pero en la recta de Lemona noto que algo no va bien, que el viento está cambiando. Me incorporo a la N-634 coincidiendo con un numeroso pelotón de unas veinte o treinta unidades. Uno de ellos, mientras luchamos por avanzar unos metros, grita a sus compañeros: "¿Qué os decía esta mañana? Jodidos a la ida y jodidos a la vuelta."

Solo tengo buenas palabras para el sentido que me hizo darme la vuelta en Barazar. Ir con aire en contra hasta Vitoria y tener que dar la vuelta para encontrarme con lo mismo no habría sido muy agradable.  Y para más alegria, me entero en casa de que estamos en alerta por fuertes vientos. La próxima BIVIBI tendrá a Krutzeta entre los puertos de paso y... lo demás será diferente.

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