Salida unipuerto

Hay que ir cogiendo la forma para la transpirenaica que viene en un par de semanas así que, buscando un plan para esta tarde, me decido a ir a por Urkiola que tiene unos buenos números para tensar un poco las piernas y que me permite estirar la etapa a unos 90km, suficiente para no tener que apurar mucho con la noche.




El trayecto hasta Durango, por la N-634, lo hago embutido en el enorme tráfico de estas horas. Solo la subida inicial a Miraflores ha tenido algo de sustancia, así que llego a Mañaria con una magnífica media que hará que no se estire demasiado la jornada.



Ya de entrada, Urkiola enseña sus armas. Sin ser demasiado exigente en sus inicios, ya se cerca al 10% en muchos momentos.




La primavera parece que ya está en plena explosión de vegetación por esta zona y se agradece muchísimo. Está todo precioso, siempre y cuando no se mire hacia las canteras, claro.



Poco a poco, la cosa se va poniendo más seria. Los tres últimos kilómetros ya no tienen acercamientos al 10%, sino que se mueven siempre en esa media hasta coronar el puerto.




Como la etapa es unipuerto y no he tenido terreno que endurezca previamente la ruta, tampoco es que sufra demasiado. Todo lo contrario, me está resultando muy gratificante la subida.




Con una temperatura muy elevada y sin mayor historia, alcanzo la señal de puerto. Tan solo unos metros más me dejan junto al santuario, en la meta tradicional de las subidas a Urkiola.



Ya solo queda volver a casa descendiendo el puerto de Dima. Para mi sorpresa, al llegar a Igorre, noto que el viento ha cambiado de dirección y esto no suele ser habitual. Disfruto de su ayuda en toda la jornada, recorriendo 90km unipuerto a velocidad de vértigo. Pocas veces habré llegado al alto de Miraflores de vuelta a casa con semejante ritmo.

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