Aún ando un poco jodido de la espalda y no me veo con ganas de meterme kilometradas en bici. El dolor lumbar ha remitido casi por completo pero me siguen pegando ligeros pinchazos de vez en cuando, sobre todo, cuando que me quedo largo tiempo parado de pie. Sin embargo, no tengo ninguna molestia corriendo. Es más, resulta como si me viniera bien y se me descongestionara la espalda al hacerlo.
Hoy he vuelto a salir a correr con Amaia. Me he encontrado muy bien desde el inicio. Se nota que las caminatas que me he pegado últimamente han mantenido a punto la musculatura que se utiliza para este ejercicio.
Como ella dicta los tiempos en esto del correr, han sido once kilómetros a buen ritmo. Cada vez anda más y me resulta más ameno acompañarla, así que espero hacerlo más a menudo. Aunque siempre digo lo mismo y, al final, pasan un montón de días hasta que repito. Si es que soy un puto vago.
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