Bilbao desde Arraiz y Kobetas

Ya queda menos para completar el pequeño entrenamiento de bicicleta de montaña que me he marcado. Para ir cogiendo la técnica de esta nueva montura, voy haciendo rutas cortas con los diferentes montes que rodean Bilbao como objetivos. Esta tarde toca subir al monte Arraiz, para lo que me acerco a Rekalde callejeando un poco.




En la rotonda de acceso al Peñascal, tomo hacia la derecha y me meto por una pasarela que sube a Uretamendi con unos porcentajes brutales que los vecinos salvan gracias al ascensor.




Una sola rampa y ya estoy por encima de los tejados. Los 20% se suceden, uno tras otro, hasta llegar al parquecito que tienen con un magnífico mirador sobre Rekalde.






Abajo queda el Peñascal y se ve perfectamente una de las posibles subidas al camino del Pagasarri por pista cementada. La vegetación lo cubre casi todo.



Continúo hacia Arraiz por la carretera que va a la parte alta de Uretamendi y Betolaza. Son dos kilómetros y medio con una media superior al 11% y con máximas cercanas al 20%, lo que ya supone una subida bien dura para bicicleta de carretera.





Pero como esta vez vengo con bicicleta de montaña, me meto por la pista de tierra y grava que ataja directamente hasta la cumbre. La pendiente es brutal y tengo que echar pie a tierra por culpa del derrapaje de la rueda trasera. Me tumbo bien sobre la bici, echando el culo bien atrás y el cuerpo sobre el manillar para evitar que derrape y también para evitar los caballitos, pero me resulta imposible no caerme.






En la parte final, la pendiente afloja bastante. Atravieso una tabanera y me acribillan los bichos porque la velocidad es muy baja y no me puedo soltar de manos para apartármelos. En un par de ocasiones que no lo puedo aguantar, a puntito estoy de caerme de golpe.




Con mucho esfuerzo, llego al tramo final. La pendiente es suave y permite disfrutar de los últimos metros de la subida con unas vistas maravillosas por el área recreativa de reciente acondicionamiento para el nuevo GR-20 que ha diseñado el Ayuntamiento de Bilbao y que rodea la ciudad por todos sus montes. Con más de cien mesas, una playa verde, zona de juegos para niños, ..., en abril del pasado año se convirtió en el mayor área recreativa forestal de todo Bilbao.






El Abra para un lado, los montes de las sierras interiores para el otro, vistas hacia los valles del Nervión y del Cadagua, ..., el sitio es espectacular.






Hace una tarde magnífica y me quedo un rato paseando por la zona, aprovechando para sacar unas cuantas fotos. Luce el sol y el cielo tipo Springfield, con unos cúmulos perfectos, genera unas estampas bien majas.










Toca bajar pero, para no hacerlo por el mismo sitio, decido tomar la pista que lleva al monte Kobetas. Aún hay algún tramito en obras hasta llegar a las dependencias de la Policía Municipal, pero muy poquita cosa.



La pista cementada tiene una pendiente bestial y pongo los frenos a echar humo. No domino la frenada con la bicicleta de montaña y me acojona bastante tirarme por semejantes cuestas, así que me cebo bastante frenando. Además, el piso en descensos de BTT no me ofrece la seguridad de la carretera porque siempre se anda derrapando por alguna parte y ya no tengo edad de ir haciendo el indio.







Llego a Kobetamendi en un momento. La zona donde se celebra el BBK Live ha quedado de cine. Han acondicionado todo el parque dejando una zona de conciertos, una zona de acampada y un aparcamiento para caravanas. El mirador sobre Bilbao es de los mejores, si no el mejor.











Termino de bajar a la villa accediendo a Basurto por Altamira y dando un rodeo por Mazustegi, que hacía mucho tiempo que no pasaba por ahí. Bilbao ha sufrido un cambio increíble en los últimos años y está todo super bonito y cuidado. Da gusto ver lo bien que están todas las calles, las zonas verdes, los accesos, ... ¡Da gusto ser de Bilbao! o, mejor dicho, yo no soy de Bilbao ... ¡BILBAO ES MÍO!

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