Jornada multidisciplinar

Hoy tenemos un plan muy variado. Nos vamos a Getxo para hacer un acuatlón independiente con unas distancias similares a las del acuatlón de Noja. Y mientras uno nada, el otro le seguirá en kayak, lo que añade una disciplina más a la jornada.



Dejamos el coche en el aparcamiento y hacemos tres kilómetros de carrera por el paseo de la playa hasta el puerto viejo de Algorta. Ander también se anima y viene con nosotros.


En la playa aún no hay nadie. Hemos venido prontito, a eso de las nueve de la mañana, y ni siquiera están puestas las banderas. Eso sí, todo está muy limpio, preparado para un nuevo día con afluencia de verano.


Pasamos por los aseos de la playa y aprovechamos para echar un meo. Es una gozada lo limpios que se encuentran estos baños.


Para completar los tres kilómetros de esta primera parte de carrera nos vamos hasta el paseo del puerto deportivo y, en cuanto el GPS de Amaia le marca la distancia, damos media vuelta para hacer la transición carrera-natación en el coche.


Nos ponemos los bañadores y nos vamos a la orilla de la playa. Ander prueba la piragua pero el agua está tan fría que no le apetece mucho mojarse y abandona de inmediato.


Amaia va a ser la primera en hacer la posta de natación. A pesar de tener el neopreno, tampoco lo ve claro. El agua hoy está muy fría.


Como luego va a tener que venir con el kayak tras de mí, aprovecha un rato para practicar con él. Enseguida le coge el punto. Los autovaciables son muy fáciles de llevar.


Visto que no tendrá problemas en seguirme, empezamos su posta de natación. Me pongo mi GPS al cuello y voy tras ella midiendo la distancia y avisándola cada 50 metros. Pero parece que no me oye y, al llegar a los 500 metros, la tengo que pegar unas buenas voces para que se de media vuelta.


Termina su posta con un kilómetro sin parar en unos 25 minutos, lo cual está de cine. Se ve que no le cuesta nada esta disciplina y que la disfruta un montón.


Llega mi turno. Me avisa de que el agua está muy fría y que se me hará duro. Me meto al agua y casi abandono antes de empezar. No sé si el short que lleva ella le hará mucho, pero a mí se me hace insoportable. Aún así, completo los primeros 500 metros hasta el punto en el que llegó ella.


Doy media vuelta y, cuando llevo unos 100 metros, ya no puedo más. Voy tiritando y no puedo soportar más el frío. Nado hasta la orilla y termino la posta corriendo por la arena y tiritando un montón. En la toalla se acrecienta esta sensación de frío y casi me da algo. Solo puedo pensar en Di Caprio en el Titanic. ¡Qué frío, la ostia!

Volvemos al coche y nos cambiamos para correr otra vez. Hacemos los mismos tres kilómetros de la primera parte casi sin enterarnos. Vamos más preocupados de entrar en calor que otra cosa. ¡Qué sufrimiento, madre mía! Eso sí, estamos preparados para un acuatlón, pero que no echen cubitos al agua, por favor.

Safe Creative #1007090003507

0 Comentarios