Nadar en el mar Cantábrico

Ha llegado el momento que tanto estábamos esperando. Tras unas cuantas semanas de natación en piscina, ha llegado la hora de probar a nadar en el mar. Hace muchos años que no lo hacemos y siempre fue en plan lúdico, pero los chapuzones de todos los años no cuentan, ahora es en plan deportivo. Ahora queremos nadar controlando los tiempos y las distancias.



Por ahora solo queríamos probar sensaciones. Nos acercamos a la playa de Las Arenas, donde se celebra el Extreme Man  de Getxo, y nos echamos al agua. Como en el Cantábrico está a 18ºC, Amaia estrena su short de neopreno para la ocasión. Yo he decidido esperar para pillarme uno largo cuando ahorre un poco y le echo huevos y me meto a pelo.


La prueba no ha podido ser más satisfactoria. Amaia ha quedado muy contenta con el neopreno y yo no he pasado nada de frío, todo lo contrario. El agua de la piscina olímpica de Artxanda me pareció que estaba congelada y ésta no. En cuanto al tema de nadar, más que bien. Yo ya recordaba que nadar en el mar, cuando era un chaval, lo llevaba mucho mejor que en agua dulce.

No tenemos certeza de la distancia que hemos recorrido, hoy era lo de menos. Hemos hecho una mitad de la playa ida y vuelta, lo que puede andar por unos 700 metros en total, con parada en la mitad, en una zona que hacíamos pie, para comentar la jugada. Pero pronto, en cuanto me llegue a casa un juguetito nuevo que he comprado por Internet, podremos hacer uso del GPS en nuestras salidas acuáticas y así perfeccionaremos el entrenamiento del sector de natación.

Ya nos hemos metido de lleno en otra historia guapa. A mí no había quien me trajera a la playa pero, si es para hacer deporte, la cosa cambia mucho. A ver hasta dónde llegamos.

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