Seguimos con la idea de inscribirnos en el próximo acuatlón de Noja y volvemos a repetir la experiencia de mezclar la carrera y la natación en Getxo. Aunque no cuente, porque solo es de acompañamiento, el kayak también forma parte de la actividad del día.
Hoy aumentamos un poco las distancias y hacemos cuatro kilómetros de carrera antes de nadar. Como la pleamar es por la tarde, es después de comer cuando nos venimos a la playa. Amaia no suele correr de tarde pero tendrá que empezar a acostumbrarse a estas horas si quiere hacer la medio maratón nocturna de Bilbao.
Cuatro kilómetros de carrera no es gran cosa y enseguida estamos preparados para irnos al agua. Como en el acuatlón tardemos tanto en hacer la transición, vamos a necesitar que nos ayuden los jueces a recoger el tenderete.
El otro día, Amaia fue la primera en nadar pero decidimos hacerlo al revés. Yo no voy a pasar frío con el neopreno y el primero se puede quedar pajarito mientras nada el otro.
Hacemos 1.200 metros de natación cada uno. Es el segundo día que utilizo el neopreno y se confirman todas las sensaciones del primero. Nadar con neopreno es muy fácil y, a pesar de que hay bastante oleaje, la velocidad es mucho mayor que nadando sin él.
Al salir del agua para hacer el cambio, vemos que han cambiado la bandera verde por la amarilla. Se están levantando muchas olas y, sobre todo, se nota mucha resaca cuando uno se acerca a la orilla. Amaia tiene un gran mérito porque, mientras se encuentra en su turno, cambian la bandera por roja y las olas son tremendas.
Terminamos la parte de natación y nos cambiamos de nuevo para la carrera. Hacemos otros cuatro kilómetros mientras los niños recogen todo. Aún así, casi nos dan las uvas en la transición. Habrá que entrenarlo también.
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