Hoy hace una semana desde la última vez que hice carrera a pie en las dos postas del acuatlón de Plentzia. Terminé con el pie izquierdo destrozado por una ampolla en la planta por tener las zapatillas muy gastadas. Estaban tan pulidas que ya no tenían amortiguación ninguna, con la media suela casi plana y, como eran las únicas zapatillas que me quedaban, he estado sin salir dos días seguidos.
Por eso mismo, porque no lo puedo dejar mucho tiempo y porque ahora empieza la temporada de marchas de gran fondo de montaña, ayer me agencié unas nuevas zapas: unas SALOMON XT Wings 2 GTX que me sirven para todo, para correr por el monte, por pistas y por asfalto.
No teníamos idea de hacer mucho, porque solo quería probarlas e ir haciéndolas al pie, pero a lo bobo nos hemos ido a los diez kilómetros subiendo Malmasín.
La subida la hemos hecho por una pista que han asfaltado hace poco. Llevaba mucho tiempo vallada y con pintura amarilla de obras y no parecía que la fueran a asfaltar como lo han hecho. Un día de estos, tendré que pasarme con la bicicleta de carretera para ver qué números tiene.
La bajada sí la hemos hecho por senderos y, aunque la zapatilla derecha me ha resultado muy cómoda, he tenido algunas molestias en la izquierda. Aún tengo tocada la planta del pie y bajando se carga más que subiendo.
Lo dicho, casi sin darnos cuenta, han caído los diez kilómetros en una salida que era como para pasar el rato.
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