Sin llegar al objetivo

Estamos empezando a crear hábitos de entrenamiento y los domingos por la tarde se han convertido en el día de la piscina y de las grandes distancias. Aunque ayer nos metimos una buena soba, parece que hoy vamos a hacer 3.000 metros.



Lo bueno que tienen las tardes de los domingos, yendo como vamos a eso de las tres y media, es que apenas hay gente y nos podemos coger una calle para nosotros dos y así no se nos mete nadie más. Lo malo, que salimos con la comida en la garganta y se hace duro empezar.

El plan es exigente: hacer 3.000 metros. Ya da igual que vengamos de un palizón porque parece que no sepamos hacer nada en plan suave. Amaia no sé, pero yo me encuentro bastante vacío. A mí el agua me deja baldado porque es mi punto débil. Y así sucede, que los primeros treinta largos voy bien pero enseguida empiezo a perder ritmo y me voy quedando poco a poco. Ella, en cambio, es todo lo contrario. Cada largo zinga más que el anterior y no tiene mayor problema para hacer los sesenta largos que pretendíamos.

Cuando se tienen ganas de terminar la cabeza trabaja demasiado y aparecen molestias por todas partes, así que yo lo dejo en los cincuenta porque me empieza a doler una rodilla y los hombros se me agarrotan. El trabajo de ayer con el neopreno me los ha dejado un poco tocados. Llevaba tiempo sin nadar y, en pocos días, está siendo demasiada paliza de golpe. Aún así, creo que me está viniendo muy bien porque nado mucho mejor que nunca.

- 50 x 1 (50 m). crol.
Total: 2.500 metros

Safe Creative #1007090003507

0 Comentarios