Fin a los buenos propósitos

Se nota que hemos dejado atrás el mes de septiembre y la piscina vuelve a estar medio vacía. La gente suele hacer en este mes, como en enero, promesas de empezar algo que enseguida abandonan y no nos pilla de sorpresa. De hecho, lo estábamos esperando. Estos últimos días ha habido demasiada gente nadando.



El caso es que nos vamos a La Alhóndiga con idea de hacer cuarenta largos y eso es lo que hacemos. Por primera vez desde que vamos a estas instalaciones, nos encontramos cuatro calles vacías y nos ponemos los dos juntos en la misma para que ya nadie más nos moleste. Los dos mil metros ya los tenemos asimilados y va a ser un pim-pam-pún todo seguido.

Ya tengo un estilo que me permite nadar sin demasiado esfuerzo siempre que me mantenga en un ritmo conservador, de tirada larga. Al primer kilómetro llego fácil pero me aburre una pasada. Para los que estamos acostumbrados a hacer deporte al aire libre y, sobre todo, en contacto con la naturaleza, esto de andar chocando con una pared cada poco es un poco estresante. Y se supone que me debería relajar, pero no es así. Ahora que ya sé nadar, aunque no sea Phelps, me toño un montón. He perdido ese aliciente de aprender a hacer algo nuevo y lo noto.

Sin más, llegamos a los cuarenta largos. Bueno, Amaia alguno más porque, aunque vaya despacio, va más rápido que yo y me dobla un par de veces. Por lo que me cuenta, a ella también le empieza a aburrir un poco esto de la piscina. Es lo que tiene empezar a correr por el monte, nadar en el mar, ... Ahora es duro moverse entre cuatro paredes.

- 40 x 1 (50 m). crol.
Total: 2.000 metros

Safe Creative #1007090003507

0 Comentarios