Hoy tenemos el asalto de Amaia a un nuevo récord de distancia en carrera pero el fuerte viento de primera hora de la mañana nos hace cambiar de planes. Llevamos unos días un poco duros, con fuertes lluvias y, ahora que iba a parar de llover, casi es peor.
Sin saber muy bien qué hacer, esperamos a que deje de llover y, como parece que despeja un poco, salimos a correr y que salga la distancia que sea. Nos vamos por Uribitarte para dar media vuelta en el Museo Marítimo pero, aunque sopla aire, se está bien y decidimos seguir hasta el final del paseo de Olabeaga.
Estreno zapatillas y vuelvo a sentir esa comodidad que da una gran amortiguación. Desde que se me rompieron las zapatillas de asfalto, como apenas corro por ciudad, estaba saliendo con las de montaña y no es lo mismo. Merece la pena tener unos cuantos juegos de zapatillas para usar en cada superficie la que resulte más adecuada. Es una fuerte inversión pero me he dado cuenta de que no hay más remedio que hacerlo así.
Al final, entre charla y charla, llegamos a casa con 14km que, para haber salido solo a matar el gusanillo, no ha estado nada mal. Además, a buen ritmo, y eso que no lo hemos notado en ningún momento. Estas salidas ya se nos hacen demasiado cortas.
0 Comentarios
PIEATIERRA se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier comentario que considere inapropiado.