Hoy se estrena el calendario de marchas de montaña para este año 2.013 con la sexta edición de la Marcha por las ermitas de Berriatua, a la que acudo por segundo año consecutivo pero, en esta ocasión, acompañado por Amaia en vez de por los críos.
| XTREM | CAT 1 | CAT 2 | CAT 3 | CAT 4 |
| VI. Ermintxetatik ibilaldia | Berriatua | 21,5 km | 1080 m+ | IR |
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La marcha empieza a las 08:30 y salimos de Bilbao con tiempo suficiente como para inscribirnos pero, con la niebla que hay por la carretera, llegamos justo a la hora de la salida y tenemos que partir los últimos con el consiguiente tapón en la primera subida de la jornada.
Casi siempre transitamos por cómodas pistas en esta primera parte del recorrido que nos lleva a la cumbre del Tontorramendi (386m) aunque, antes de llegar a su cima, no dejamos de subir y bajar por las laderas del Arrikurutz, cumbre algo más elevada pero que no llegamos a coronar.
En esta cima destaca la torre Eiffel con la que está marcada junto al vértice geodésico. Como se puede ver, el atasco inicial ya lo hemos pasado y ponemos caminar algo más tranquilos.
La densa niebla que tenemos en esta jornada impide disfrutar de las vistas de costa que deberíamos tener camino de la ermita de Santa Cruz. Trotamos un poco en estas pequeñas bajadas pero tampoco está el piso para muchas historias. Aunque no haya llovido, la humedad reinante hace que esté todo bastante resbaladizo.
Dejamos atrás la ermita con la pena de no ver absolutamente nada e iniciamos el fuerte descenso hasta la zona de avituallamiento.
En el avituallamiento, nos tomamos un vaso de cocacola y unos trozos de chocolate, más algo de fruta y unos cacahuetes, más que suficiente como para aguantar hasta el final. Nos ponemos a la carrera por el tramo de carretera y casi nos saltamos el desvío a través del bosque. De hecho, el año pasado bajamos por la carretera.
El tramo de bosque discurre por un sendero con alta pendiente en un estado muy resbaladizo. Se forma un buen tapón y se suceden las culadas. Amaia toma suelo en un par de ocasiones y yo no paro de hacer patinaje. Me he traído las zapatillas viejas y ya casi no tienen tacos en las suelas y son una rémora en este terreno. Me pego un par de buenas costaladas pero, al estar el terreno tan mullidito, sin ninguna consecuencia.
Salimos a la carretera y vemos que mucha gente ha bajado por ahí, como hice yo con los niños el año pasado. La próxima vez que vengamos, creo que optaremos por esta vía de bajada.
Comenzamos la segunda etapa de la jornada con la subida de la otra ladera del valle del río Artibai en el que se encuentra Berriatua. Hay tramos muy exigentes y es una pena que sigamos sin ver absolutamente nada.
Amaia se ha hecho un amiguito. Un perrillo nos viene acompañando casi desde la salida. Se le ve muy contento yendo de charco en charco. El tío no perdona uno.
El ataque final a la cima del Kalamendi (314m) tiene un par de rampas para apretar bien el culo y se nota que ya vamos con bastante desnivel acumulado.
Aún así, hay buenos tramos de descanso. Llevamos todo el día subiendo y bajando sin parar. Solo se suben dos montes pero las cuestas se suceden continuamente.
Arrivamos en la cima con la desgracia de no ver nada. Esto hace que tengamos que volver porque a Amaia lo mismo le hubiera dado dar un paseo con una venda en los ojos.
Ya solo nos queda la bajada final. El inicio es una pista forestal muy cómoda. No ha llovido nada pero llevamos la ropa muy húmeda por esta bruma pegada.
Conectamos con la pista final que, aunque no quieras, te invita a trotar hasta llegar al centro de Berriatua, donde nos espera un magnífico aperitivo.
Caldito y parrillada de panceta, muy rica, muy magra, con un sabor a fuego estupendo. Pinchos de tortilla y de choricillo cocido, todo bien mojado en cocacola. Nos vamos muy a gusto para casa y con ganas de volver.
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