Tras la salida de ayer, toca estirar un poco las piernas y decido acompañar a Amaia en su salida diaria. A diferencia de los diez kilómetros que suele hacer como salida corta, pretende correr once kilómetros para redondear los quinientos que lleva corriendo en lo que va de año.
Hoy sopla menos aire que ayer y se agradece. Aún así, de vez en cuando viene alguna ráfaga de esas que nos recuerda que los días de frío intenso todavía no han terminado. Para pasado mañana vuelven a dar nieve en cotas bajas, no me lo puedo creer.
Tiramos hasta el Museo Marítimo y nos adentramos en el paseo de Olabeaga hasta que el GPS le vibra anunciando el sexto kilómetro, momento de dar media vuelta y de meterse por el parque de doña Casilda para estirar la salida hasta los once. Buenas sensaciones y ninguna muestra de cansancio después de los 200km de ayer.
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