Arroyos de Barakaldo

Así como quien no quiere la cosa, aprovechando que vamos a Barakaldo para hacer unas compras en las zonas comerciales, decidimos emplear la mañana para hacer la misma ruta que la 1ª marcha Montes de Barakaldo saliendo desde el polideportivo Gorostiza. El track me lo he descargado de Internet y no sé muy bien cómo está ni cuál es el recorrido, así que vamos un poco a la aventura.

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Arroyos de Barakaldo Barakaldo 25 km 755 m+ IR


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Dejamos el coche en el aparcamiento libre que hay frente al polideportivo, a eso de las 09:30 de la mañana. Hasta última hora no teníamos muy claro si hacer la ruta por culpa del tiempo, pero apenas chispea un poco y no nos echa para atrás.


El tramo que nos lleva a El Regato, rodeando el embalse de Gorostiza, ya nos lo conocemos. Las sensaciones de salida son muy malas, con muy pocas ganas de ponerse en marcha. El cansancio de tantas jornadas seguidas haciendo planes empieza a pasar factura.


Llegamos a El Regato con casi cuatro kilómetros recorridos y empieza la parte en la que debo ir con el GPS en la mano para seguir el track que me he bajado. En principio, el camino sigue de frente pero, como el track me lleva primero hacia la derecha, empezamos la vuelta en sentido contrario al de la marcha.


Seguimos por la carretera hasta que termina junto a una urbanización fantasma y nos metemos por un camino asfaltado que pica para arriba considerablemente.


Pero enseguida termina el asfalto al tenernos que meter por una pista pedregosa en la que dejamos de correr por la fuerte pendiente y lo resbaladizo de las piedras húmedas.


Por momentos, la pendiente se apacigua y volvemos a trotar, aunque esquivando los numerosos charcos que nos vamos encontrando. Tanto Amaia como yo nos hemos venido con unas zapatillas de trail sin Goretex®, lo que parece que ha sido un grave error tal y como estaba el día.


Seguimos ascendiendo por esta pista que va a media ladera, dejando a la izquierda el embalse de Etxebarria. El sonido del agua nos acompaña siempre. Hay numerosos arroyos tirando agua a raudales hacia el fondo del valle.


En una curva de vaguada, nos encontramos con un coche caído por el barranco. ¡A saber cómo ha ido a parar aquí!


Seguimos trotando cuando el terreno se pone favorable. La humedad es tremenda, con el entorno cubierto por la niebla.


Llegando a la zona de Castaños, pasamos por un barrizal. Si hubiéramos traído las zapatillas con Goretex® no tendríamos cuidado pero, sin ningún impermeable, resulta difícil salir seco de la situación.


El arroyo Castaños es el más grande de los que nos vamos topando por el camino. Llegamos a unirnos con él junto a un caserío rodeado de montañas en un paraje más propio de Asturias que de Euskadi por lo recóndito del lugar.


Un par de perrillos nos salen al encuentro al tiempo que la pareja de baserritarras nos saludan, entablando una larga charla sobre las pruebas que se disputan por la zona. De hecho, nos hablan de que por aquí, apenas hace unos días, han estado un par de corredores de renombre revisando el recorrido para el próximo Apuko Ultra Trail. Por las señas que nos dan creemos que eran Nuria Picas y Miguel Ángel Heras, pero no estamos seguros.


El baserritarra nos adelanta el recorrido que vamos a tener por delante y nos da unas indicaciones muy precisas de lo que nos vamos a encontrar. Jamás me han dado indicaciones de forma tan detallada. Estamos en los límites de Barakaldo, Güeñes, Galdames, Zaramillo, ...


Dejamos la zona y seguimos con la subida, algo más fuerte que antes. La pista es buena pero desaparece para un pequeño paso por sendero a través del bosque.


Empalmamos de nuevo con una pista con mucha rama tirada y pasamos junto a unas cepas protegidas con plásticos. Apenas vemos nada por culpa de la densa niebla que nos rodea.


Llegamos al punto más alto de la ruta a eso de mitad de recorrido. Tras haber cruzado el arroyo Castaños en una curva de vaguada, nos encontramos por las faldas del Eretza pero sin llegar a su cima. Antes, cogemos otra pista con tendencia descendente que nos lleva a las faldas del Apuko.


Volvemos a encontrar civilización al paso por otros caseríos perdidos de la mano. Solo algún pequeño repecho se interpone en nuestro camino de bajada.


Hasta que volvemos a subir un poco con el Apuko y Peñas Blancas ya a nuestra derecha. La niebla empieza a disiparse algo.


La pista es amplia pero muy pedregosa. Bajamos con fuerza con un pequeño claro al frente por el que se adivina el Abra de la ría hasta que tenemos que abandonarla girando hacia la izquierda en una valla metálica.


Unos metros de verde mullido dan paso a un largo tramo de senda pedregosa al estilo de una trialera, por donde es complicado correr y más con el piso resbaladizo.


Extremamos las precauciones en este terreno para no torcernos un tobillo. El calzado que tenemos es demasiado ligero como para andar dando saltos con tanta piedra moviéndose.


Termina la parte de piedras y trialeras dando paso a una senda que viaja por el bosque. Hay indicaciones de sendero PR, de esas blancas y amarillas.


Finalmente, salimos de nuevo a una pista asfaltada. Ya solo nos queda seguir corriendo hasta El Regato por esta fuerte pendiente.


La llegada a El Regato termina con la emoción de ver terreno desconocido porque volvemos a Gorostiza por el mismo camino por el que hemos venido.


Llegamos al aparcamiento del polideportivo con 24,8km recorridos y algo más de 750 metros de desnivel positivo acumulado. Para haber sido una salida improvisada para echar un rato, se nos ha ido un poco la mano.

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