MAUNA KEA 6: pasar de 300km

Ha llegado el día de hacer 300km, la primera brevet independiente de cierta entidad que hago este año. El Mauna Kea lo tengo bien encaminado y, aunque llevo dos semanas de retraso en el plan preparatorio que he diseñado, ese lapsus de tiempo lo tengo bien coordinado con el que va a tener este año el deshielo en los Pirineos, donde ha caído de lo lindo y costará mucho que se abran los puertos de mayor altitud.

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MAUNA KEA 6 Lerín 300 km 2250 m+ IR

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He dormido muy bien y las horas suficientes. El cansancio de estos dos días de actividad física hace que coja el sueño muy fácilmente y, como terminé muy pronto la marcha de montaña de ayer, antes de anochecer ya estaba sopa perdido. El despertador lo pongo a las 03:30 para meterme un buen desayuno y salir a las 05:00, pero el frío que hace a primera hora de la mañana hace que me lo piense y que decida salir a las 06:30, quitando horas de noche a la fresca y, si hiciera falta, sumándolas esta tarde con mejor temperatura.


Con ese frío que este año no soporto, salgo de Lerín y me meto camino de Falces, con una pequeña tachuela que me ayuda a ir calentando. Amanece cerca del alto y agradezco la incidencia del sol. El aire pega de cara y es bastante frío, tanto que me he decantado por salir con la chaqueta de invierno y con mallas sobre el culot a pesar de que para hoy hay prevista una pequeña ola de calor.


Voy cruzando el río Arga y el Aragón, hasta que llego al Ebro camino ya de Tudela. No me termino de quitar el frío de encima porque el aire sopla con fuerza en mi contra.


Casi desde el inicio de la etapa, el Moncayo luce tremendo en el horizonte con esa capa nevada de su cima que me recuerda mucho al Mont Ventoux, con un perfil muy parecido.


Me desvío bruscamente hacia el Este allá por el km.70 para adentrarme en el Parque Natural de las Bardenas Reales. La carretera es la que va de Tudela a Ejea de los Caballeros a través del alto de Santa Margarita.


Para ser un desierto ... no tiene mucha pinta de ello. Las lluvias caídas estos últimos tiempos han convertido su superficie en un manto verde.


El aire sigue soplando con predominio contrario pero ya empieza a hacer calorcito, tanto que me quito las mallas y me quedo con el culot corto.


El descenso termina y, para ir hacia Gallur, me meto por una carretera que se encuentra en obras. Para mi desgracia, son unos veinte kilómetros sobre tierra con gravilla y muchos baches. Temo pinchar en una ruta tan larga pero no me queda más remedio que seguir pedaleando buscando siempre la trazada más limpia.


Tantos kilómetros por este terreno tan botoso me están dejando los hombros muy doloridos de agarrar el manillar con fuerza. No veo el momento de que termine este suplicio.


Por fin empalmo con una carretera en condiciones antes de enfilar a Tauste y un par de rectas me dirigen  hacia Gallur, donde cruzo el río Ebro antes de entrar en su casco urbano.


Son casi 130km y empiezo a tener algo de hambre. En una pastelería del centro de Gallur me compro una lata de cocacola, una bomba de chocolate y una trenza de hojaldre para guardar en el maillot para más tarde. Pregunto por una fuente y me indican una con tres caños de los que mana con fuerza un agua muy fresca.


Dejo atrás Gallur y cruzo el Canal Imperial de Aragón en la salida, camino ya de Borja y con el Moncayo nevado siempre a la vista.


Camino de Borja paso mi único mal momento de la jornada. Son ya casi 150km y veo aún muy lejos alcanzar los 300, máxime cuando todavía tengo que subir al Moncayo y no paro de verlo ahí de frente, tan inaccesible.


Protegido de este calor del mediodía bajo la sombra que hay a la entrada de Borja en una especie de canal, termino de comerme la trenza de hojaldre y bebo abundantemente para coger fuerzas para la próxima subida.


Me pongo en marcha con la vista puesta en la cima del monte que luce magnífica desde todos los ángulos. Llevo tantos kilómetros dando vueltas a su alrededor que le estoy pegando un repaso completo.


La vertiente por la que voy a subir en esta ocasión es la de Litago. Dejo Vera de Moncayo para llegar a Trasmoz por una carretera estrecha con muy buena presencia.


Pero, a partir de Litago, la carretera pasa a ser de un asfalto gastado, casi inexistente, con mucha gravilla e incluso piedras sueltas, de pequeño tamaño. Tengo que ir esquivando los baches y el calor aprieta con ganas.


Termino estos kilómetros (además de duros por la falta de buen asfalto son los de más pendiente) y enlazo con la subida que viene de Veruela. Llego al aparcamiento principal que hay junto al refugio de Agramonte por la carretera, con pendientes muy suaves.


Los pies los llevo un poco cocidos y decido meterlos en remojo en uno de los numerosos arroyos que caen por la ladera antes de acometer la parte final de la subida. Este área recreativa es un espectáculo del agua en pleno deshielo.


El siguiente tramo sigue siendo muy suave pero es más interesante, con alguna que otra curva y con mucha gente en esta tarde de domingo.


El asfalto termina y paso de hacer la pista de tierra. Bastante suerte he tenido en los veinte kilómetros sin asfaltar por detrás de las Bardenas Reales y la gravilla que había por la vertiente de Litago como para seguir arriesgando un pinchazo en ese tramo de baches que ya conozco.


Como algo junto al rugir del agua, bebo de una fuente fresca y me decido a terminar mi etapa. Todavía me quedan más de cien kilómetros.


La vertiente de bajada que elijo es la de Ágreda, así termino de ciclear todas las que tiene el Moncayo. En Vozmediano empieza una pequeña tachuela antes de bajar definitivamente hasta la localidad soriana.


Atrás queda la montaña nevada, vista ya por todas partes. Son 200km y empiezo a tener ganas de perderlo de vista.


La llegada a Ágreda y el pequeño giro en la ruta me confirma lo que estaba esperando, que el aire lo voy a tener favorable en lo que queda de etapa.


Han sido muchos kilómetros con viento en contra (sobre todo hasta llegar a Gallur) y sabía que tendría un buen empujoncito en la parte final.


Voy en dirección norte de manera desbocada. El viento sur arrecia cada vez más fuerte y mantengo una velocidad media altísima sin apenas esfuerzo.


Antes de llegar al Rincón de Soto paso sobre el Canal de Lodosa. Es lo poco que se salva en esta zona para disparar la cámara porque es bastante poco afortunada.


Antes de llegar a Azagra vuelvo a atravesar el río Ebro, que viaja muy crecido. Ya hace mucho calor y el viento favorable no ayuda mucho y voy muy sofocado.


En Azagra decido buscar una tienda de chuches para comprar unos flashes y así poder refrescarme. Los labios los tengo muy secos y necesito chupar ese hielo.


Una vez humedecida la boca para lo que queda de etapa, me vuelvo a poner en marcha camino de Andosilla. La tarde empieza a caer y decido exprimirme un poco para ir terminando ya.


Aún de día, a las 20:30, llego a Lerín justo cuando el cuentakilómetros marca los 300km, completando esta brevet independiente con más facilidad de la prevista. Hay días en los que da gusto ver cómo acaba uno.


El paso 6 del Mauna Kea me pone ya en la fase final de la preparación. Ahora tienen que venir un par de etapas de grandes desniveles acumulados y es cuando me acojono de verdad.

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