Cancelado desde el inicio

Estoy a menos de un mes de la realización del reto Mauna Kea y solo me queda el noveno paso de la preparación que he diseñado: pasar de 400km. Pero no me motiva ninguna ruta que pueda hacer con esa distancia saliendo desde casa y por eso me planteo hacer una Zazpiak Bat de 600km uniendo las siete capitales de Euskal Herria, algo que ya hice en su día pero en versión non-stop. Hoy tengo el primer intento.

XTREM

CAT 1

CAT 2

CAT 3

CAT 4

Cancelado desde el inicio

Bilbao

122 km

1465 m+

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Ya la semana pasada cancelé esta ruta por culpa del tiempo. Se pasó todo el fin de semana lloviendo y así no hay manera. Para este fin de semana dan bastante calor y, viendo las previsiones del viento, elijo la salida a las dos de la tarde del sábado para hacer solamente una noche y que amanezca justo antes de cruzar los Pirineos.

Ya de inicio, voy completamente desganado. Me ha costado mucho elegir la indumentaria porque dan más de 30ºC para mañana domingo pero hoy está nublado y, aunque estemos en el mes de junio, sigue haciendo fresco en las zonas de sombra. Al final, salgo con la chaqueta porque le tengo respeto a lo que me pueda hacer de noche por Iparralde. Tanto correr ha hecho que pierda mucha masa grasa y lo estoy pasando muy mal por debajo de los 15ºC.

Llego a Zaldibar tras unos cuantos kilómetros por la N-634 sin demasiado tráfico. Luce el sol y me sobra ropa. La chaqueta está haciendo que me cueza bastante y en las primeras rampas de Areitio no transpiro demasiado.

El ritmo que llevo es muy bueno pero la cabeza me está trabajando demasiado. Apenas he llegado a 40km y, solo pensar en lo que me queda por delante, no lo soporto.

Llego a Eibar en dos horas, rodando a una buena media de 25km/h. El objetivo de una ruta como esta es mantenerse en 20km/h de velocidad media y todo lo que se gana al principio es bueno para tomarse algún descanso más adelante. Pero sigo dándole vueltas a la cabeza. He pasado fresco en el descenso de Areitio y el tema es que no me apetece pegarme treinta horas de pedaleo.

Al llegar a Elgoibar, tomo la decisión. Llamo a casa para avisar de que estaré para cenar. Bueno, más bien para merendar. Tengo todo el tiempo del mundo para hacer esta ruta y ninguna gana de hacerla hoy. Hasta que no pueda meterme una noche vestido de corto, como mucho con los manguitos, paso de ella.

Una vez cancelada la ruta de 600km, toca buscar una alternativa de vuelta para no reandar lo andado. Tengo el desvío de Markina frente a mí y opto por hacer una encadenado de puertos con San Miguel, Gontzegaraigane, Balcón de Bizkaia y Autzagane. No es duro y me permite una salida digna con algo de acumulado.

A pesar de que para mañana dan un día veraniego, hoy es un día gris y se está cubriendo todo. ¡A que todavía me llueve!

Las rampas de San Miguel no son mucho problema pero acabo de cambiar las pastillas de los frenos y no sé si no me estarán rozando en las llantas. Los puentes de freno ya no abren más y creo que tendré que soltar el cableado para asegurarme.

En el área recreativa de la cima de San Miguel decido parar a comer uno de los bocatas que llevo en una pequeña mochila. Voy cargado de comida para una etapa muy larga y no es plan de desperdiciarla.

Un nuevo descenso y vuelvo a pasar fresco a pesar de que el termómetro de Etxebarria marque 20ºC. Está claro que ya no soy el que era.

Dejo atrás Markina y me dirijo a Munitibar por Gontzegaraigane, donde estuve hace unos pocos días con Amaia tirando de zapas. Empiezo a echar de menos esa grasilla que quemo subiendo paredes a la carrera.

Pero, al llegar a Bolibar, me tengo que dar la media vuelta. La cinta que vimos el otro día en la cima del puerto era para un rally y hoy es el día. La carretera está cortada y no se termina la prueba hasta las siete de la tarde, así que tiraré por Trabakua.

De nuevo toca subir y de nuevo rompo a sudar en las rampas del 10%. Así no hay quien planee una ruta extrema, pasando del fresco al sudor a cada instante.

Superado este puerto, ya solo queda rodar hasta Bilbao con la tachuela final de Miraflores para recibirme en casa. Habrá que esperar a que me apetezca hacer esta ruta para disfrutarla como se merece aunque, viendo el tiempo que nos viene otra vez, cualquiera sabe.