Subida al OIZ por Iurreta

Hoy tenemos uno de esos entrenamientos que llegan con demasiado tiempo de antelación. Pensando en la subida al Angliru que vamos a hacer a mediados de septiembre, a casi cuatro meses vista, decidimos meternos la única subida asfaltada que hay en Bizkaia que se acerca a los números del gigante asturiano. Lo suyo era empezar con el Ganeko pero, como no para de llover, será mejor tirar de pistas libres de barro.

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Subida al OIZ Iurreta 30 km 910 m+ IR

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El día está muy plomizo y, aunque no hay previsiones de lluvia hasta la tarde, la cosa no pinta demasiado bien. Lo mejor es que no hace frío, así que empezamos en Iurreta con la esperanza de no mojarnos porque, al menos, tenemos la tranquilidad de la temperatura.


Los primeros kilómetros son por asfalto, camino de Goiuria. Hemos salido junto a un par de chicos que van en BTT y viajamos a la misma velocidad, charlando un poco hasta que el desnivel baje y los perdamos de vista.


Durango que abajo mientras vamos entrando en calor. Llevamos un buen ritmo de subida hasta llegar a la pista. No nos cruzamos con ningún coche en todo este trayecto y, lógicamente, tampoco lo haremos a partir de ahora.


Una vez en la pista, nos adentramos en la niebla y no se ve nada. Hay mucha humedad y empapa el sudor.


Damos alcance a un señor que también va corriendo y nos cuenta que sube casi todos los sábados y que hoy no hay nadie. No nos extraña. Con este día ¡quién va a haber!


Nos separamos en el desvío que tira para los aerogeneradores porque nosotros vamos a subir por el lado de la ermita de San Cristóbal que es donde tenemos dos buenas rampas al 18%. La subida la estamos haciendo muy bien, a un ritmo sostenido y sin ningún problema.


Coronamos tras quince kilómetros sin apenas descansos, con una pendiente media del 6% pero con un kilómetro y medio final muy exigente. En la cima no se ve un carajo, con una niebla cerradísima y con bastante fresco, como para no parar. La subida ha sido todo un éxito pero ahora toca lo peor: bajar otros quince kilómetros por el mismo sitio por el que hemos venido. ¡Esto va a ser muy largo!

Amaia se tira para abajo a un ritmo espectacular. Tiene muy bien pillado el paso en estas bajadas asfaltadas y no tiene ningún problema. Pero yo las paso putas a medio recorrido. Primero me da el flato por comerme media galleta y luego ... ¡ay luego! ... luego me duelo todo. Tanta repetición en la bajada, tanto trote machacón, me deja las piernas muy tocadas y me duelen mucho los gemelos y, sobre todo, los empeines. No estoy acostumbrado a estar quince kilómetros trotando a un 6% de pendiente descendente y me sobran los últimos tres en los que las paso putas para seguir el ritmo de esta gacela.

¿Preparar? ¡Esta se sube el Angliru mañana mismo!

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