La ruta de los lagos

Ya estoy en Saint Lary. He salido de Bilbao a las 04:00 de la mañana, sin apenas dormir, y siete horas de coche se hacen muy duras. Las rotondas francesas son interminables y la velocidad media de un viaje con tantas es bastante ridícula. Con un calor insoportable, toca empezar a pedalear al mediodía.

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La ruta de los lagos St Lary 75 km 2420 m+ IR

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El objetivo del día, aparte de ir aclimatándome para el intento de Mauna Kea de pasado mañana, es coronar mi últim o BIG pirenaico: el Lac d´Aumar. Pero antes, subiendo camino del túnel de Bielsa, decido meterme por el camino de Frédançon, una de las pocas subidas que me falta por conocer en este valle.


Me he echado protección solar a destajo pero el sol achicharra cosa mala. Vengo del verano de Euskadi; es decir, de no avistar el sol, y esto puede hacerse muy duro.


Me adentro en el valle de Rioumajou con una pendiente suave que me permite disfrutar del sonido del arroyo que baja. Estas subidas son una gozada. Paso por Tramezaigues y una barrera dice que la carretera está cortada. La paso y continúo a ver qué tal.


Hay buenas sombras y las aprovecho todas. El camino es estrecho y hay un par de tramos que se han hundido. Por eso estaba cortada.


Sin mayores sobresaltos, siempre entorno a un cómodo 5%, sigo avanzando hacia la cabeza del valle con la curiosidad de saber qué leches hay por aquí.


Un cartel informativo me indica que estamos en un área recreativa. Por suerte, hay buenas sombras porque el calor empieza a ser insoportable.


Llego a una pequeña presa coincidiendo con una chica que va en una BTT. Este tramo es llano por un momento.


Cada vez tengo más curiosidad. Hay algún derrumbe más y me cruzo con un quad que baja. La subida no termina de abrirse y so se ve mucho.


Hasta que se llega a una especie de planicie donde se encuentra el área recreativa de Frédançon, con unos cuantos bancos junto al río. La carretera asfaltada termina pero sigue la pista en buen estado. Yo me doy media vuelta y, cuando veo que la chica sigue para delante, me da bastante envidia. Podría haber seguido para ver a dónde se iba, mientras el piso estuviera razonablemente bien para la flaca, pero no es plan de hacer el indio nada más empezar.


De vuelta en la carretera de Bielsa, toca seguir hasta Fabian, poco antes de llegar a Aragnouet.


En el bar del cruce en el que empieza la subida a los lagos, hay un grupo muy numeroso de ciclistas vestidos todos del mismo equipo. Me llama mucho la atención el hecho de que empiecen a subir de uno en uno, como si no se hablaran. Yo consigo intercalarme por el medio y empiezo a subir también.


Nos vamos dando aire todos y parece como si igualáramos las distancias entre nosotros. Dejamos unos treinta metros entre uno y otro y, con ritmos muy parejos, tiramos para arriba.


Llevamos poco tiempo subiendo y ya no llevo bebida. Hace mucho calor y me tengo que detener en un torrente para llenar el bidón con el agua que mana de las rocas.


Poco a poco, a ritmo muy pausado, llego al aparcamiento de la zona media. El porcentaje se mantiene sobre el 8% y es el intenso calor el único problema.


La subida va ganando en belleza a cada paso. A un inicio cerrado le sigue un trazado con unas curvas preciosas con curvas fortificadas.


Así llego hasta el Lac d´Oredon, el primero de todos. La carretera se bifurca aquí y hay que tomar la decisión de seguir hacia Cap de Long o de desviarse hacia el Lac d´Aumar. Para no romper el ritmo con el tramo de bajada previo, decido seguir para delante.


Enseguida queda el embalse a los pies. La pendiente sigue constante y el calor va a más. En otro chorro de deshielo que mana de las piedras, vuelvo a refrescarme.


Llego a Cap de Long con mucha diferencia de la otra vez que estuve por aquí, cargado con alforjas. Se estaba haciendo de noche y estaba muy nublado. Sin embargo, hoy disfruto de unas vistas colosales.


He subido con manguitos en el bolsillo del cortavientos pero no me hacen ninguna falta. Más bien necesitaría unos hielos para refrescarme los brazos, ya muy quemados por el intenso sol.


De nuevo en el Lac d´Oredon, desciendo un poquito hasta el aparcamiento de pago previo a la subida al Lac d´Aumar y al Lac d´Aubert.


Una rampa por encima del 10% se hace muy dura con la chicharra cantando. No hay sombras y chorreo por los brazos. La sudada que me estoy pegando es escandalosa.


Otra vez estoy sin agua y lleno el bidón en otro torrente. Me bebo hasta los charcos si hace falta.


Menos mal que la subida suaviza un poco y, sobre todo, que se nubla el sol por unos minutos. Así llego al Lac d´Aumar un poco más cómodo.


El último BIG de Pirineos ya lo tengo en la butxaka pero hay que llegar hasta el Lac d´Aubert, unos metros más allá.


El lugar es tremendo, de una belleza exagerada. Todavía hay nieve en las montañas y el Neouvielle y el Pic Long destacan sobre todas ellas. Es uno de esos sitios de los que no te quieres marchar en un buen rato. Me siento sobre una roca plana y disfruto de una larga estancia pues no tengo prisas.


La ruta de hoy concluye de nuevo en Saint Lary. He dejado el coche en el aparcamiento del Carrefour pero, cuando me quedo solo y ya me voy a dormir, viene un segurata y me pide que salga porque tiene que cerrar. Me indica un aparcamiento fuera de la gasolinera pero, una vez que tengo que quitar la bici del asiento delantero, decido moverme hasta Arreau para la etapa de mañana.


En Arreau aparco en otro Carrefour. Poco después, van llegando más coches y furgonetas que vienen para ver la etapa del Tour de mañana, que pasa por aquí y que atrae a multitud de aficionados.

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