¡Qué ganas de piragua!

Ya tenía ganas pero ver a la gente disfrutando del agua en La Payolle bajo un sol de justicia ha sido la gota que colma el vaso. En cuanto he llegado a Bilbao, aunque esta mañana haya salido a correr, cojo la piragua y me tiro a la ría.



Ander tiene sesión de tarde y va a ir hasta el puente de Deusto, así que aprovechamos para ir juntos, él por fuera y yo por el agua. Hace un año que no cojo el kayak y no sé cómo voy  responder. Lo mismo se me salen los brazos de cuajo o me explotan los lumbares antes de llegar. Pero todo va muy bien. En media hora llegamos a Deusto, a un ritmo muy majo. Es una gozada practicar este deporte con mucho calor porque el agua refresca una barbaridad.

Los tres kilómetros de bajada de la ría han ido bien pero los de vuelta pienso que serán duros. Sorprendentemente, no lo son. Se me pasan muy rápido y llego sin ninguna molestia, preparado para repetir y para afrontar algún objetivo que me quedó pendiente el año pasado. Si en la primera salida en piragua de esta temporada he logrado hacer seis kilómetros sin mucho sacrificio, tengo la moral por las nubes.

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