Cámara fotográfica NIKON Coolpix L23

Llevo siete temporadas practicando el cicloturismo y, si de algo me arrepiento, es de haber estado dos de ellas sin apenas hacer fotografías de mis rutas por motivos que ahora no vienen al caso. Hay muchos puertos de los que tengo muy pocas aunque eso es algo que estoy aprovechando para repetirlos. En estos años, han sido varias las cámaras que he utilizado. La última, una NIKON Coolpix L23.

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La adquirí hace casi dos años porque se me había roto una PENTAX compacta similar, con la que estaba bastante contento. Esta NIKON la encontré muy barata en un pack con funda y tarjeta de memoria incluidas. Sólo la necesitaba para las salidas deportivas en las que, obviamente, no voy a andar con la reflex, y ha desempeñado su función muy justita. Desde el primer día, nunca me ha satisfecho demasiado, por muchas razones. Se le acaba de estropear la pantalla y he tenido suerte de estar aún en período de garantía pero, mientras me la devuelven en la tienda en la que la compré, ya me he agenciado otra. Pero CANON, visto lo visto, no hay color, nunca mejor dicho.

Algunas de sus principales características son:

• Es totalmente automática, así que no se puede tocar gran cosa. Si acaso, algún modo de escena.
• 10,1MP de resolución en un sensor CCD, suficientes para el uso que yo le doy a este tipo de compactas, solamente para el blog.
• El objetivo es NIKKOR, con una distancia focal que va entre los 4 y los 20mm y 5x de zoom óptico. Equivale a un 28-140 de 35mm; es decir, que no hay posibilidad de alejarse demasiado. Tiene un rango f que va de 2.7-6.8 a medida que se tira de zoom. En situaciones de buena luz va decente y cuando la cosa se pone peor ... ¡cae en picado!
• Tiene un rango de enfoque de 3mm en modo macro a 60mm en teleobjetivo. El enfoque es lamentable y la obtención de una imagen medianamente nítida es prácticamente imposible.
• La pantalla es una LCD de 2,7" con una imagen pésima y sin posibilidad de analizar las imágenes tomadas con histograma.
• La ISO es automática, así que la que le de la gana poner a la cámara.
• Tiene una reducción de la vibración (VR) que me imagino que quedará muy guay en los libros de instrucciones pero que no sirve para nada.
• Va con dos pilas AA. Esto es importantísimo para mí puesto que no quiero absolutamente nada que tenga solo batería. En caso de quedarte sin ella, ¿dónde la enchufas, a un árbol?
• El tamaño y el peso, para ser de pilas, son muy cómodos. Entra de sobra en el bolsillo del maillot y se maneja con facilidad con una sola mano.

Creo que, por algún comentario, se nota que no me gusta nada y que las fotografías que saca son una mierda. Lo que más me desagrada es el balance de blancos que hace, virando las imágenes siempre a tonos violáceos. El enfoque es lastimoso. La velocidad de disparo terrible, algo que no soporto porque realizo las tomas en marcha y muchas veces me paso los buenos encuadres esperando a que termine de sonar el ruidito. El tiempo de grabación en la tarjeta SD es tan lento que me desespero. Sacar dos fotos seguidas es muy difícil. Vamos, que casi he agradecido que la pantalla se fuera a blanco total antes de llegar a los dos años del período de garantía y he optado por comprar una cámara superzoom CANON SX-160-IS que, en principio, es otra historia. (Obviamente, no pertenecen al mismo sector de cámaras)