Después del día de descanso tras el viaje a Asturias, vuelta a la piscina. Hace dos meses que no nado en agua dulce y, a decir verdad, no me apetece demasiado.
Con lo bien que se nada en la soledad del mar y, nada más ver el estado de las calles, lo poco que me gusta el gentío. Está todo petado, con tres calles reservadas para cursillos y las otras con algunos nadando de espaldas, algo que no soporto.
La idea era hacer algo, lo que saliera, y acabo haciendo treinta largos con muy buenas sensaciones. La primera mitad demasiado bien, diría yo. Luego mi ritmo ha ido bajando, como siempre. Se me ha cargado un poco el brazo derecho y, el último largo de todos, al hacerlo casi esprintando, me ha dejado muy vacío. A mí la piscina me quema mucho.
La idea era hacer algo, lo que saliera, y acabo haciendo treinta largos con muy buenas sensaciones. La primera mitad demasiado bien, diría yo. Luego mi ritmo ha ido bajando, como siempre. Se me ha cargado un poco el brazo derecho y, el último largo de todos, al hacerlo casi esprintando, me ha dejado muy vacío. A mí la piscina me quema mucho.
| - 30 x 1 (50 m). crol. |
Total: 1.500 metros
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