Hoy he puesto el despertador a las 05:00 de la mañana para irme hasta Orozko y dar carpetazo a la ruta de más de sesenta kilómetros rodeando la localidad ... pero me he vuelto a dormir. No termina de apetecerme empezar una ruta tan pronto, con semejante madrugón.
La alternativa era clara. Amaia tiene hoy sesión doble de carrera y piscina y me viene de cine para mantenerme activo, así que me acoplo a sus planes. Últimamente, es lo que me resulta más cómodo. Los diez kilómetros de asfalto pasan enseguida y no se me hacen demasiado aburridos.
Como ayer estrenamos los dos zapatillas de trail, tenemos sensaciones parecidas. A mí me duelen un poco los cuádriceps, como si tuviera unas ligeras agujetas. No puede ser por la ruta, así que se lo achaco a las zapatillas. Tienen unos tacos que agarran mucho y es posible que me sujetaran en exceso en las bajadas. Visto de otra forma, creo que es muy bueno y solo hace falta acostumbrarse al cambio.
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