Hoy es la tercera jornada consecutiva en la que salimos a correr por asfalto. Pero hay un problema: tenemos que hacerlo más rápido porque nos traen un paquete con zapatillas nuevas y hay que estar a la hora señalada.
Ha estado lloviendo y la temperatura ha refrescado lo suficiente como para poder correr sin la sensación de sofoco de estos días. Pero dura poco y enseguida empieza el bochorno.
Hacemos los diez kilómetros habituales pero a un ritmo mantenido mucho mayor pero con muy buenas sensaciones. Tenemos ganas de recoger las zapatillas nuevas y eso nos hace volar bastante. Cualquiera diría que hoy vamos con dorsal.
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