Cambios de ritmo forzados

Hoy es Nochebuena y mañana Navidad, aunque eso no obliga a quedarse sin esa ración de deporte a la que ya estamos enganchados. Hace un viento huracanado pero, aún así, nos animamos para salir a correr un rato.



Pensamos doblar la sesión con una buena ración de piscina para esta tarde y nos marcamos la salida típica de diez kilómetros por los muelles de Uribitarte. Sin quererlo, la fuerza del viento nos obliga a hacer unos cambios de ritmo con velocidades diversas en función de lo que sople.

Solo son diez kilómetros pero nos notamos más cansados que de costumbre. Es difícil mantenerse erguido cuando el aire pega fuerte y no se puede coger un ritmo constante. Diez kilómetros así es como si hubiéramos hecho el doble.

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