Este fin de semana, con motivo de la Marcha Aizkardi, me monto un pequeño stage en Pamplona porque queda cerca de Villabona. Quiero hacer una brevet 300 con bastante desnivel acumulado pero el tiempo me ha gastado una mala pasada durante la semana, con fuertes nevadas que ya no me esperaba y que pueden haberme fastidiado los planes. Aún así, continúo con ellos y me voy hasta Berriozar, donde pienso dormir esta noche.
| XTREM | CAT 1 | CAT 2 | CAT 3 | CAT 4 |
| Oeste de Pamplona | Pamplona | 80 km | 1500 m+ | IR |
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Salgo del aparcamiento del Decathlon casi al mediodía. La etapa va a ser corta, solo para rodar un poco antes de la gran ruta de mañana. Me acerco a los pies de Etxauri por un terreno cómodo que bordea el río Arga.
Hacía tiempo que tenía ganas de volver a hacer este puerto, ya que solo lo he subido una vez y no tengo fotos. El viento es muy fuerte, algo que me preocupa, por mucho que ahora me sople favorable. Mi mayor objetivo es la etapa de mañana y no contaba con este agente meteorológico tan desagradable.
Etxauri es un puerto muy cómodo, con una pendiente muy constante. El trazado es muy soso, con apenas dos curvas, pero que la mole montañosa del macizo de Sarbil, que queda a la derecha, lo hace muy interesante.
La primera parte queda un poco cerrada por la vegetación pero enseguida se abre un gran claro que deja a la vista por dónde se alcanza la parte final.
Unos metros antes de coronar Etxauri, cuando ya se han superado la media docena de kilómetros, hay un mirador desde donde poder observar el trazado del puerto y la amplitud del gran valle desde el que se parte.
Corono el puerto y enfilo el descenso hacia Salinas de Oro. Es un descenso corto, iniciado en una gran recta que luego da paso a un par de curvas y a un paisaje precioso, lleno de verdes praderas y rodeado de los picos de la sierra de Andía.
Me acerco a Guembe, desde donde se empieza a subir el puerto que lleva su nombre. Siempre he dicho que en Navarra no hay grandes puertos pero sí grandes rutas, por parajes de gran belleza paisajística, y este es uno de ellos.
Guembe es otro de esos puertos cómodos de subir, con media docena de kilómetros al 5% y un trazado perfecto para hacerlo muy entretenido.
Sigue soplando mucho viento pero me mantengo bastante protegido y no me molesta en exceso. Lo que sí voy notando es una fuerte bajada de la temperatura. Se nota mucha humedad en este valle y la sensación térmica es un poco más desagradable.
Me acerco a los mil metros de altitud y empieza a asomar algo de nieve residual por las cunetas. Mañana quiero subir y cruzar Lindus, que supera los mil metros, y que haya poca nieve me da muchas esperanzas.
Corono este coqueto puerto de Guembe y enfilo hacia la bifurcación de Ultzurrun para desviarme hacia Goñi. Para completar un poco la salida, prefiero aumentar un poco el desnivel con esa pequeña tachuela.
En esta zona me sigue dando el aire favorable y eso me ayuda mucho. Apenas noto la pendiente de la rampita de Goñi y alcanzo la aldea sin mucho esfuerzo.
Las vistas desde aquí son espléndidas. Esperaba un día más soleado y, sin embargo, hay nubes por todas partes. Tan solo se ven claros hay los Pirineos, cosa que me anima mucho para mañana.
El descenso de Goñi es una gozada y paso por Arteta hasta llegar a Anotz. Tengo muchas opciones para seguir pero opto por subir a Atondo para coger una pequeña carretera que me debe llevar a Erice.
La carreterita comunica con la N-240a que va de Irurtzun a Pamplona. Sigo por ella hasta el aparcamiento del Decathlon, donde espero descansar bien porque el despertador sonará pronto.
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