Ansioso por cagar

En plena faena, justo cuando me iba a ir a los Pirineos para acometer la ruta más dura, noto que me encuentro mal y cancelo el viaje. El intenso calor repentino que sufrimos en Bilbao me ha superado. Al día siguiente, una tremenda diarrea me ataca, estando más tiempo en el WC que frente a la tele, con la grifería totalmente abierta. Así estoy casi dos días, gracias a que sigo los consejos de mi cuidadora y apenas como nada más que un poco de arroz, unas galletas y bastante isotónico.



Sin comer, me siento muy débil y tengo mucha hambre. Necesito comer como sea pero no me dejan hacerlo variado hasta que no cague sólido. ¿Pero cómo se puede cagar si no comes nada? Así ando, saliendo a correr con ganas de cagar pero sin ganas reales. Es todo un dilema metafísico que se escapa a mi entendimiento.

La salida no podía ir de otra manera. Diez kilómetros con un plato de arroz blanco y unas galletas en dos días, con más de dos kilos menos de peso y con dolor muscular general, me obligan a mover las piernas con un esfuerzo inimaginable. Siento como si tuviera jamones de cerdo en cada pata y la respiración se me revoluciona. Pero bueno, por increíble que parezca, consigo llegar a casa con cierta dignidad. Hacía tiempo que no me costaba tanto.

Safe Creative #1007090003507

0 Comentarios