El no verano vasco

Me habría gustado marcarme una salida en bici antes de irnos para Granada. Más que nada, para ver qué tal me encuentro subiendo puertos después de un palizón como el del Mauna Kea. Pero no hay manera, aquí no para de llover.



Bueno, ya haré algo al volver. Mientras, no me queda otra que salir a correr un poco si no me quiero quedar oxidado. Nada más salir de casa, las nubes descargan. Los diez kilómetros de hoy van a ser pasados por agua, hasta el punto que tenemos que subir a casa a cambiarnos de ropa antes de ir a hacer la compra del día, como todas las mañanas. Ahora que lo pienso, todavía no hemos ido ningún día a la playa, ni hemos nadado en aguas abiertas, ni nada de nada.

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