Llevamos unos cuantos días, gracias a las vacaciones veraniegas, en las que los niños se han metido a hacer ejercicio poco a poco. Yaiza ya corre algo y, para ver cómo lo hace y corregirle alguna cosa si fuera necesario, me animo a salir hoy con ella.
Para ella el plan es exigente, puesto que vamos a hacer los diez kilómetros que hacemos siempre Amaia y yo. Así le muestro un ritmo cómodo que le permita hacer esas distancias y mantener entorno a la hora de actividad sin quemarse demasiado. Le resulta cansado, como era lógico, pero lo hace sin mucho problema.
Por mi parte, el inicio me supone un pequeño riesgo para la rodilla izquierda, dándome pequeños pinchazos hasta que consigo calentarla. Luego se me pasa y dejo que tener molestias ahí para tenerlas en el gemelo derecho. Cuando uno está tan fatigado como yo estos días, más vale andarse con cuidado, así que lo tendré en cuenta a la hora de correr.
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