Maratón de Barcelona

Llegó el día del Maratón de Barcelona. Es extraño, Amaia está lesionada y no va a correr. El asfalto es algo que siempre hago con ella y no me apetece hacerlo solo, pero bueno, con la inscripción pagada y el hotel reservado nos lo tomamos como un fin de semana de relax. El viaje desde Bilbao es largo y, saliendo pronto la mañana del viernes, llegamos a Cataluña a primera hora de la tarde.

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Maratón de Barcelona Barcelona 42,2 km 150 m+ IR

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Llegando a Barcelona por la A-2, viendo que es pronto para la entrada en el hotel, tomamos la salida de Montserrat para echar un rato por allí. La primera media hora del peaje es gratuita, así que es el tiempo que pasamos, lo justo para disfrutar un poco de las vistas.


Llegamos al hotel. Estamos alojados en un **** junto al Camp Nou, a tres kilómetros de la Plaza de España, donde está situada la salida. Nos cobran la estancia por adelantado, nada más llegar. Es la primera vez que nos pasa. La habitación está bien, sin más, destacando su enorme cama de 1,80m.


Como todavía tenemos la tarde, nos acercamos a retirar los dorsales a la Feria del Corredor. Amaia no va a correr pero también ha pagado la inscripción y tiene derecho a su bolsa de corredor. Nos llevamos una gran decepción al recogerla, ya que no dan nada más que una cutre camiseta técnica. No hay nada más, ni una triste barrita, un gel, una chocolatina, una muestra gratuita de algo, ..., solo el más absoluto de los vacíos. La Feria también es muy cutre, aunque esto es bastante habitual y estamos acostumbrados. Ya que estamos ahí, damos una vuelta por ella, aunque es perder el tiempo a lo bobo.


Llega el sábado y tenemos todo el día para hacer turismo. Nos sorprende muchísimo que en el hotel se pongan a pasar el aspirador a las ocho de la mañana. Es algo nunca visto y más en un ****. A nosotros ya nos pilla despiertos de hace rato. Solemos madrugar mucho y aprovechamos el desayuno buffet para comer tranquilos pero tiene que ser un putadón para quien quiera dormir hasta tarde. 


Queríamos hacer turismo corriendo pero está lloviendo y hace frío. Decidimos salir andando y nos damos un buen paseo de quince kilómetros siguiendo un plano de la ciudad que cogimos en la Feria.


La Diagonal, el Paseo de Gracia, el Barrio Gótico, el Puerto de Barcelona, Colón, el Paralelo, ... Hay ratos en los que la lluvia es mínima y se puede disfrutar bien de la caminata pero en Colón se pone a llover con fuerza y decidimos parar en algún sitio para comer.


La comida coincide con un cambio de tiempo. Entre estornudo y estornudo por la chupa que hemos pillado, se van las nubes y sale el sol, lo que nos anima para tirar hacia Montjuic y disfrutar de las maravillosas vistas que ofrece el alto desde el Museo de Arte.


Hay turistas por todas partes pero este lugar se lleva la palma. Y no me extraña porque es el más bonito de todos, con una panorámica extensa de la ciudad con la avenida de Maria Cristina de frente, con la Fuente Mágica de Montjuic y las Torres Venecianas, junto a las que tienen lugar la salida y meta del maratón.


Llegamos al hotel a media tarde, después de una caminata de 15km que nos ha dejado baldados. Tenemos la visita improvisada del tipo de mantenimiento del hotel que entra en la habitación sin avisar, casi pillándonos en pelotas. Cierra la puerta pidiendo perdón, todo un detalle por su parte.

Llega el día del maratón. Ponemos el despertador pronto. Hay que bajar a recepción antes de que se abra el restaurante a las siete para preguntar por la posibilidad del late checkout. Nos dicen que sí es posible pero con cargo adicional, así que se lo pueden meter por allí. El desayuno es bastante tardío así que a Amaia no le va a dar tiempo acercarse a la salida porque tengo que ir a trote. Quedamos en el km.6 para que le de tiempo a recoger las cosas.


A las 08:30 es la salida y llego con cinco minutos de margen, lo justo como para colocarme en mi cajón de salida. Es el último y hay un tapón de narices, así que aprovecho que voy solo para saltar las vallas junto a otra gente, un poco más adelante de lo que me tocaba.


Hay muchísima gente. Somos casi 20.000 almas, todos para el maratón. Pero se puede correr perfectamente. Las calles son amplísimas y no hay tapones, ni cruzadas, ni nada por el estilo. El inicio es en ligera subida hacia el Camp Nou, donde Amaia me espera, y ando atento para localizarla.


No tengo problemas para verla. En esta primera parte hay público pero todavía no es lo que será más adelante. Aún es muy temprano pero empieza a hacer calor y le dejo el cortavientos que llevaba para el inicio. El día ha salido perfecto, nada que ver con lo anunciado ni con lo que tuvimos ayer.


Una vez que ya he dejado la ropa sobrante y que ya no tengo nada que hacer hasta la meta, me pongo un ritmo cómodo. El POLAR V800 me ha jugado una mala pasada y dice que tiene la memoria llena, parándose cada veinte minutos. Lo tengo que activar de nuevo transcurrido ese tiempo para comprobar el ritmo que llevo, algo más elevado de lo que pensaba pero constante como un clavo kilómetro a kilómetro.


Van pasando los kilómetros y me aburro como una ostra. No me gusta correr por asfalto en solitario, ya que siempre lo hago con Amaia. Aún así, reconozco que el ambiente es maravilloso. Hay gente por todas partes, con animación continua. Son numerosos los grupos de percusión y las bandas que amenizan la marcha.


Los avituallamientos están muy bien. Hay agua y Powerade cada poco. Me gusta mucho el aviso previo que hace que la gente se vaya alineando para recoger lo que sea desde unos metros antes. Naranjas, plátanos y frutos secos suelen acompañar la bebida, más que suficiente como para despreocuparse de este tema.


Como tiene que ser, paso un mal momento en el km.25, al inicio del bucle de la Avenida Diagonal, camino de la Torre Agbar. Se trata de un ida y vuelta que no apetece demasiado. Oigo a un chico decir hasta dónde hay que ir a dar la vuelta y me parece un coñazo. A estas alturas ya voy aburridísimo. Echo en falta llevar a una chavalilla junto a mí, cantándole que es la hora de tomarse una glucosa o algo parecido.


El suplicio de la Diagonal concluye pasado el km.31 y me vuelvo a animar por la Avenida del Litoral. Es la primera vez de todo el maratón en el que se corre fuera de los edificios, rompiendo la monotonía del paisaje. Esto hace que las sombras desaparezcan y el calor apriete, así que no dudo en aprovechar las duchas que me encuentro.


Dejamos la costa y volvemos hacia las grandes avenidas, camino del Arco del Triunfo. Hay muchísima gente por todas partes y la animación es una pasada.


A estas alturas ya llevo las piernas un poco tocadas. Me ha faltado la tirada larga que no pudimos hacer a última hora para no notar el cansancio que me causan el calor y la distancia. A partir de la medio había geles en los avituallamientos y, en previsión de un bajón de rendimiento, me tomé uno sobre el km.30 o algo así.


El paso por la parte vieja es una pasada, con una aglomeración de gente animando que recuerda a un puerto del Tour con el amarillo en juego. La pena es que voy más aburrido que una ostra y tengo ganas de ir acabando ya.


Tal vez por ir acercándose el final, la segunda nedio se me está pasando más rápida que la primera aunque haya bajado el ritmo ligeramente. Tal vez sea precisamente por eso, porque voy más entretenido con la animación que, poco a poco, es cada vez mayor y más numerosa.


Los dos últimos kilómetros son tremendos. Hay muchísima gente en las vallas, sin dejar un hueco vacío. Ya llevo un buen rato observando cadáveres y la gente animando a saco y, entre lo uno y lo otro, pues se me pasa rápido.


Entro en meta mirando a los lados para ver si encuentro a Amaia por ahí, aunque hemos quedado en un sitio fijo por si las moscas. Andando hacia delante te vas encontrando con un Powerade, un botellín de agua, fruta, los que te quitan el chip, la medalla de finisher, un poncho para no quedarte frío ... y para casa con ella que me ha visto llegar y viene de camino.


CONCLUSIONES: El Maratón de Barcelona me ha parecido justito en los servicios y una pasada por el ambiente, siempre y cuando sea este el ambiente que te guste y que la balanza haga que merezca la pena la inversión. No es mi caso. Por esta inversión hay opciones más interesantes, con un mejor valor de retorno y mínimo riesgo (inscribirse con tanta antelación es jugar a la ruleta), lo que hace que vaya a ser difícil que nos vean en otra.

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5 Comentarios

  1. Makinaaaaaaaaaaa!!!!... Me encanto verte entrar...tu como si nada...piensa que llegaste una hora antes que conmigo...en el furgón de cola jajajajaja
    Pues si, esta complicado que me vuelva a meter en una de estas otra vez!!!!...sobre todo porque hay que apuntarse con muuuucha antelación para no pagar un riñon!!!!... el pulmón....el.....
    Felicidades guapetón!!!!

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    1. Sabes que prefería una hora más tarde pero contigo al lado. El próximo maratón lo hacemos por libre. Ve eligiendo ciudad europea que con lo que nos vamos a ahorrar nos da para ir muy lejos, jejeje

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  2. ¿Y tu tiempo, qué? ¿Te parece bonito dejarnos con la duda de si habrás bajado de 3 horas?
    Estupenda crónica. He tenido la sensación de ir corriendo a tu lado. Si hacías las fotos en marcha, eres un crack. Del hotel...dime su nombre para no pillarlo, jajaja.
    Felicidades, campeón. Saludos, Amaia.

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    1. Bajar de tres horas, jajaja
      No, yo juego en otra liga, en la de ir haciendo fotos en marcha. Tanto en esto, como en la bici, como en todo, mi objetivo está muy alejado del reloj. Ya me pasé 25 años compitiendo con árbitros y no me apetece estresarme con lo que no deja de ser un pasatiempo. Pero si lo quieres saber, hice 3:41:48, aunque deseaba hacer una hora más.

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  3. Pues es un buen tiempo. Lo mejor, sin duda, disfrutar corriendo. Los maratonianos sois de otra pasta. Os admiro.

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