Está a punto de caer la actualización del software del POLAR V800 en la que aseguran que se podrán obtener métricas de aguas abiertas y eso hace que me acerque a la playa de Gorliz para ver cómo funciona ahora y así poder ver las diferencias de medición cuando esté solucionado el algoritmo para este deporte.
Esta mañana hemos estado corriendo y estaba muy nublado. El día ha ido empeorando y llegamos a Gorliz lloviendo ligeramente. No hay nadie en la playa, a excepción del servicio de socorristas, que ha empezado la temporada el día 1 de junio.
Me pongo el neopreno para nadar, casi dos años después. El año pasado no nadé ni un solo día en el mar y me cuesta mucho cederlo. Hay algunas puntas del termosellado que se me clavan y que hace que la entrada al agua sea muy molesta.
La temperatura del agua no llega a los 18ºC por unas décimas pero no me cuesta nada entrar. Fuera ha bajado mucho el termómetro y eso hace que el mar esté casi igual que el aire.
Lo mejor de esta playa es que hay una línea de boyas que te permite ir alineado con ellas y que facilita mucho la orientación porque las gafas se me empañan nada más entrar y voy a ciegas. Me tengo que pillar una máscara para aguas abiertas si quiero nadar en el mar con más asiduidad.
Hago un ida y vuelta solo para probar, para no hacer que Amaia tenga que esperar demasiado. En el agua no he sido consciente pero ha debido caer una buena tromba de agua y salgo del agua lloviendo. El GPS del POLAR V800 me marca 1.180 metros y, al ver el track en casa, ha ido bastante próximo a lo que creo que he hecho yo. Habrá que ver qué diferencia hay con la actualización de aguas abiertas que está al caer pero, en principio, a mi me ha parecido bastante correcto lo que ha salido.
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