Con las patatas en la boca

No suele ser muy habitual salir a correr después de comer pero hoy lo hago tras un buen plato de patatas a la riojana, a eso de las dos de la tarde. Menos mal que unas uvas y una mandarina de postre han ayudado a que las patatas se quedaran en su sitio.



No tengo mucho tiempo así que, como quiero hacer diez kilómetros, marco un ritmo un poco superior al habitual. Como casi siempre que salgo solo, voy improvisando el recorrido y, esta vez, las piernas me llevan por la orilla derecha de la ría, por el Campo Volantín, hasta el puente de Euskalduna. Allí cruzo a la margen derecha y sigo hasta La Peña para cruzar de nuevo por la pasarela que va al paseo de Los Caños, completando los diez kilómetros que quería más medio kilómetro sobrante de regalo. A ver si la báscula me da la buena noticia de haber perdido unos gramos porque me remuerde la conciencia por los tres kilos cogidos en Navidad.

Safe Creative #1007090003507

0 Comentarios