El Parque Natural Gantrisch

Llego a Rüti bei Riggisberg a las siete de la tarde, después de dar un rodeo por carreteras secundarias para evitar entrar en Friburgo. Me voy encontrando con varios grupos de ciclistas, hasta llegar al inicio de la subida a Gurnigel. Esta vertiente del puerto empieza en un cruce de carreteras, donde se encuentra una serrería con una buena explanada para pasar la noche. Aparco y, cuando voy a quitarme la ropa de ciclista, veo a otro pequeño pelotón que empieza a subir y decido hacer el puerto, el quinto de hoy.



Son 9,5km al 8,5%, yendo de menos a más hasta la zona central y luego de más a menos hasta el final. Me estoy desplazando hacia el Este y eso hace que el sol ya esté muy bajo para las siete y media de la tarde.


A medida que los kilómetros empiezan a rebasar el 8%, soy consciente de que el acumulado del día ya rebasa los 4.000 metros positivos y que me tenía que haber quedado en el coche. He rodado muy bien durante todo el día pero en este puerto ya no voy fino.


El paso por Gurnigel Bad supone un pequeño respiro antes de afrontar la parte más dura con dos kilómetros completos por encima del 10% y que se me van a atragantar de mala manera.


El puerto se cierra en la segunda mitad, coincidiendo con las mayores pendientes. Esto hace que no entre el sol y cae la temperatura de golpe, hasta el punto que cojo algo de frío y empiezan a entrame retortijones que resultan muy molestos.


Sigo subiendo con muchísima calma hasta que ya no puedo más y me tengo que meter en una escapatoria de la carretera para evacuar detrás de unos troncos. Tengo como escalofríos y aún quedan dos kilómetros para llegar a la cima. El sol está muy bajo a las 20:10. Es la primera vez que vengo a los Alpes en agosto y ya veo que los días acortan más de lo que pensaba.


Muy al trán-trán llego al puerto de Gurnigel, totalmente en penumbra. Salvo unos picos rocosos que hay enfrente, apenas hay vistas. La temperatura ha bajado de golpe y el descenso puede dejarme helado.


Menos mal que no llega a diez kilómetros y se hacen rápidos por los porcentajes que se manejan porque llego al coche temblando. Sin duda, he cogido frío subiendo y eso me ha dejado tocado. Llevo la lección bien aprendida. Me pasa por hacer más de lo que toca. El día ya estaba hecho y me tenía que haber quedado cenando tranquilo y descansando porque, aunque no lo parezcan, estos puertos van desgastando. Me cambio de ropa para entrar en calor y, como ya he hecho éste, me muevo hasta Spiez. Solo está a 25km y prefiero dormir al pie del siguiente para empezar por la mañana nada más salir del coche.

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