Hoy retomo el programa de carrera de Polar. Después de casi dos semanas en las que solo he salido a correr un día por la playa, me espero lo peor. La sesión es de duración media, de casi una hora, y salgo poco después de comer.
Ya no noto ninguna molestia en los gemelos pero el tiempo de inactividad me lleva las pulsaciones a tope, incluso con una ligera sensación de ahogo. Y eso que tampoco es que lleve un ritmo muy alto. Para no salirme de la zona 2, casi tengo que ir andando. La pérdida de ritmo es tremenda y, cuando termino y sincronizo los datos con el Polar Flow, veo que el Running Index me ha bajado una barbaridad. Ahora toca recuperarlo.
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