Quince kilómetros y frontenis

Preciosa mañana de sábado en la que salimos a correr alargando un poco más la tirada. Seguimos tomando medidas al nuevo campo de entrenamientos de Plentzia y volvemos a subir al Faro de Gorliz porque correr por los acantilados es una pasada.



En estas salidas, Amaia lleva la voz cantante y yo me limito a seguirla. Me lleva hasta la parte alta de Plentzia por el camino de Mungia y, desde allí, bajada a la ría y ya seguido por la playa, rematando en el faro. De vuelta, con el objetivo de aumentar un poco más la distancia recorrida, regresamos por el ayuntamiento de Gorliz, quedando una salida muy maja de quince kilómetros a muy buen ritmo.

Es pronto todavía y decido estrenar el frontón, ya que en Plentzia hay uno magnífico junto al ayuntamiento. Hace tiempo que no lo practico, ya que hace falta pareja y me quedé sin ella hace unos cuantos años. Siempre me ha gustado mucho, así que me cojo la raqueta y un bote de pelotas de frontenis y para allá que me voy. La raqueta la tenía un poco estropeada, con la empuñadura bastante pelada. Al no tener grip para encintarla, lo he hecho con esparadrapo de jugar a pala, con lo que me ha quedado algo pegajosa. Pero bueno, suficiente como para desfogarme durante tres cuartos de hora en los que las pulsaciones me han subido un montón gracias a los desplazamientos explosivos. Y eso que he jugado solo, con el único propósito de pelotear y pasar el rato.

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