Fiasco yendo a Jata

Este fin de semana quería haber hecho un stage de bicicleta de montaña en Balmaseda para seguir practicando con esta montura, pero las temperaturas mínimas en el valle del Cadagua eran tan bajas que no me apetecía pasar fresco durmiendo en el coche tan cerca de casa. A cambio, me descargo el track del Mendibike de 2015 para realizar una ruta más corta saliendo desde Plentzia.

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Fiasco yendo a Jata Plentzia 32 km 900 m+ IR

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He modificado la salida y la llegada para que, en vez de ser en el club organizador, sean en mi casa, Salgo pasadas las diez de la mañana, todavía con fresco pero ya muy soportable, para hacer una ruta que tiene como objetivo principal la cima del Jata.


Obvio el inicio por Astondo para empezar a subir por el barrio de Saratxaga. Siempre pensé que este barrio pertenecía a Gorliz hasta que vine a vivir a Plentzia y supe que éramos vecinos.


La carretera termina y me meto por una pista vecinal perfectamente asfaltada que desemboca en un camino de tierra con bastante barro.


La pendiente para subir a Goikomendi no es muy fuerte y puedo con ella, a pesar de que la resistencia del barro es una pasada.


El camino llega a la carretera que une Andraka con Orabille y giro a la derecha para seguir hacia Andrakamendi. Miro la bici y el montón de barro que salta y, habiendo subido hasta Andraka cientos de veces, pienso ¡qué necesidad!


La subida a Andrakamendi se inicia por pista cementada y coincido con varios caminantes justo en el momento en el que se acaba y pasa a ser de tierra.


Estoy casi en la cima cuando el track se adentra por un sendero estrecho muy cerrado en el que no me queda otra que entrar andando y empujando la bici.


Tras otro ¡qué necesidad! salgo a un claro y enlazo con una pista que me deja de frente al Jata pero que baja en sentido contrario de por donde lo hace el track. Intento seguirlo y me meto en un par de charcos embarrados hasta que la maleza se lo come todo y no me queda otra opción que regresar sobre mis pasos para descender por esa pista que iba en sentido contrario pero que, mirando el mapa en el GPS, también me puede servir.


A estas alturas ya estoy hasta los mismísimos de la bici de montaña. Apenas llevo nueve kilómetros y pienso en lo bien que iría corriendo por estas pistas y senderos en vez de andar luchando con el barro, las piedras, los baches, ..., y tirando de la bici cuando no se puede pasar con ella.


Desemboco en la rotonda de Maruri y estoy a punto de volverme para casa. Pero ya que estamos, voy a intentar subir a Jata. Tirando por la carretera del vertedero, tras un rato pedaleando por ella, sale una pista a la derecha con buen asfalto.


Hay un atajo por un camino pedregoso en el que es muy difícil seguir montado y no me queda otra que volver a andar. Menos mal que enseguida empalmo con una buena pista porque ya voy caliente.


La pista es cómoda y la pendiente no es dura, por lo que empiezo a ganar altitud mientras me cruzo con dos corredores que me dan una envidia que te mueres. Los veo libres mientras yo soy preso de una máquina que me condiciona totalmente.


Para arriba voy bien y empiezo a acercarme a dos beteteros que me preceden. Uno arrastra un carrito mientras un perrillo les sigue a la carrera.


Justo cuando les doy caza, el track abandona la pista y se mete por un camino lleno de pedrolos que apunta a la cima. La pendiente es muy asequible para ir montado pero hay tantas piedras que se me quitan las ganas. El ¡qué necesidad! me estalla en la cabeza.


Dejo la cima para otra ocasión en la que no tenga que arrastrar la bici y sigo la pista por la que iba antes de desviarme, camino de la carretera de Bakio.


Al empalmar con la carretera, desciendo unos metros hasta que retomo el track, camino de Armintza. Me meto por una pista que desemboca en un baserri y me salen tres perros que no paran de ladrar. Intento pasar pero uno me salta a los pedales y no hay forma de soltarlo, así que me rindo y que le den al track, a la bici de montaña y a su p...


De vuelta en la rotonda de Maruri, solo me queda subir al alto de Andraka pero, esta vez, por la bendita carretera. Se acabaron el barro, las zarzas, las piedras, los baches, ..., y la bicicleta vuelve a ser lo que es para mí ... ¡un medio de transporte!


Por suerte, la bajada por asfalto hace que el barro salpique y me libro de limpiar la bici, otra cosa que me maravilla de la bicicleta de montaña. Al final, esta salida va a resultar muy provechosa porque creo que le van a dar al stage de Balmaseda. Han sido 32km que bien podría haber hecho corriendo, con menos esfuerzo y con muchísimo más disfrute. ¡Y habría hecho cima en el Jata y en el Ermua!

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2 Comentarios

  1. Vaya telita, amigo. Mucha jeta la de Jata, metiéndote una y otra vez por sitios intransitables. Donde estén el asfalto y las ruedas finas...

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