Sábado libre y, después de comer, empieza a entrar la modorra en el sofá, cosa que soluciono saliendo a dar un paseo bajo la lluvia con la simple intención de echar la tarde. Como le diría Bilbo a Frodo "es peligroso cruzar tu puerta porque pones los pies en el camino y, si no cuidas tus pasos, nunca sabes a dónde te pueden llevar".
| XTREM | CAT 1 | CAT 2 | CAT 3 | CAT 4 |
| Subida al Ermua | Plentzia | 17 km | 460 m+ | IR |
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Con esa simple idea cruzo la puerta y me pongo a caminar sin tener claro a dónde voy a ir, solamente siguiendo el paseo de la playa con un paraguas en la mano.
Al llegar al final del arenal, me desvío por el camino del faro de Gorliz, disfrutando de los acantilados en una tarde lluviosa pero con buena temperatura.
Me quedo un rato en el faro, aprovechando que para de llover, disfrutando de la suave brisa marina. Aún es pronto como para regresar a casa y decido seguir por el sendero que se dirige a la cima del Ermua, a donde hace muchos años que no subo.
Tras pasar uno de los saltos de valla que hay para que no se escape el ganado, entro en la pala verde al tiempo que se pone a llover con más fuerza. No suelo ir al monte con paraguas porque siempre lo hago a la carrera. Me miro y pienso que cada vez me parezco más a un abuelete montañero.
El tramo arbolado me protege un poco hasta llegar al refugio que hay en la cima del Ermua, donde me cobijo en el momento de más agua.
No tiene pinta de que pare de llover y me pongo en marcha, llegando hasta la bifurcación de Armintza y Fano. Ahí me encuentro con una chica y nos miramos con cara de "¡mira, otro chiflado!". Cruzamos el saludo y ella tira para Fano mientras yo me inclino por seguir hasta Armintza para estirar un poco más el paseo.
La bajada está muy encharcada y las paso putas yendo con zapatillas, con varios resbalones que están a punto de llevar mi culo al suelo embarrado. Una vez abajo, me asomo al muelle para gozar un rato con las olas rompiendo en los peñones de Armintza.
No para de llover y me queda la vuelta. Empieza a anochecer y, con cuidado si veo que se acerca algún coche, subo por la carretera del alto de Orabille para llegar a Gorliz y dejarme caer hasta casa en un paseo que se me ha ido un poco de madre.
2 Comentarios
Las olas rompiendo...pensaba que era humo. Abueletes son los que se cruzan conmigo en mis entrenos matutinos entre semana. Mucho jubilado, como yo, disfrutando de la bici.
ResponderEliminarCuando cascan con ganas se genera un vaporizado que sí, parece humo en las fotos. Os habéis ganado el descanso, chavalote.
EliminarPIEATIERRA se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier comentario que considere inapropiado.