El 200 de las seis provincias

OTXANDIO - OTXANDIO


000 - OTXANDIO (Bizkaia)
020 - Arrasate (Gipuzkoa)
025 - Aretxabaleta (Gipuzkoa)
033 - Leintz-Gatzaga (Gipuzkoa)
040 - Marieta-Larrinzar (Alava)
042 - Ozaeta (Alava)
046 - Guevara (Alava)
058 - Salvatierra/Agurain (Alava)
066 - Opacua (Alava)
073 - Contrasta (Alava)
078 - San Vicente de Arana (Alava)
087 - Sta. Cruz de Campezo (Alava)
093 - Genevilla (Navarra)
100 - Lapoblación (Navarra)
105 - Kripán (Alava)
111 - Elvillar (Alava)
117 - Laguardia (Alava)
129 - Abalos (La Rioja)
135 - Labastida (Alava)
156 - Armentia (Burgos)
171 - Vitoria/Gasteiz (Alava)
174 - Betoño (Alava)
179 - Durana (Alava)
186 - Ullivarri-Gamboa (Alava)
193 - Legutiano (Alava)
200 - OTXANDIO (BI)


Bueno, después de la estupenda crónica de Berritxu, ahí va la "crónica rosa" que estábais esperando, que ya sé yo que lo que os interesa es el tomate puro.

Para ser consecuentes con lo que iba a suceder a lo largo de la jornada "dejé" que Berritxu acudiera primero a la cita, para que se fuera acostumbrando a ir esperándome, jejeje.

Una vez en la plaza de Otxandio, y aunque la noche se cernía sobre nuestras cabezas, lo cual hacía más difícil darse cuenta, Berritxu, al verme descender del coche, me confundió con aquel Mister, cómo se llama? Aquel que estuvo enrollado con Valeria Mazza, ... jejeje Que no, que no, que es broma!!!

Bueno, salimos cuando ya había luz, a la hora que os ha dicho Berritxu y llegamos a las 18:05, casi de noche de nuevo, bueno sin casi. A mi me han salido 221,87km. en 9:59:53 a una media de 22,1km/h.; es decir, que solo paramos 25 minutos en total, contando dos fuentes para llenar bidones, una parada en una bar a tomar un caldito, cinco o seis meadillas y las dos o tres paraditas para abrocharse bien la ropa antes de los descensos. O sea, que casi ni paramos, todo seguido.

Como el recorrido ya lo ha contado él, no seré muy plasta. ¡¡Precioso!! Y como dice Berritxu, aún más en otoño. La primera parte era, por rampas, tal vez la más dura, pero de inicio se lleva bien. Subimos Krutzeta por Otxandio. La subida a Leintz-Gatzaga tenía un par de las que agarran con gusto. Luego fuimos muy tranquilos y con viento de cara hasta subir Opakua y Sta. Teodosia, en donde nos empezó a llover, más fuerte en la bajada, con una lluvia que hacía daño en la cara.

Tiramos hacia Bernedo y ahí llegó mi primer momento de debilidad. Con más de 80 km en las piernas, un poco de frío, lluvia fina, y la primera posibilidad de ataje, la cabeza me empezó a dar vueltas. Aunque nunca se lo dije, toda mi preocupación pasaba por no dejar a Berritxu medio tirado más adelante. No en vano, habitualmente no suelo pasar de 140 km. Berritxu notó mi bajón, sin duda, hasta me dijo en un momento que había dejado de hablar, pero su confianza, su ilusión por hacer todas las subidas y la maldita costumbre que tengo de echarle huevos hicieron el resto. Subimos Bernedo y la belleza del paisaje, el acojone de pasar bajo los molinos de viento, con ese ruido que te deja medio imnotizado, me devolvieron la motivación. ¡Menos mal que lo subí! Una vez visto lo que me hubiera perdido no me lo perdonaría.

Seguimos hacia Pipaón y al fondo divisamos la Herrera, con una nubes muy amenazadoras y un viento muy muy fuerte. Como decía Berritxu, nos dirigimos a la boca del lobo. Yo ya sabía, después de lo de Bernedo, que o moría por el camino o terminaba todo el recorrido, porque rendirme ya no me rendía. La subida por Pipaón, preciosa, adentrándonos en un bosque de colores, acojonante, y con unas rampas bien majas. A lo lejos se divisaba una y me dice Berritxu: "Mira, aquella es del 15%". A mí no me lo parecía desde lo lejos, pero al llegar ¡tate! del 15 clavao.

La bajada de la Herrera, buff, ¡qué miedo! ¡qué ráfagas de aire! Pero ver La Rioja a tus pies, ahí, en pequeñito, ¡qué pasada! hace que se lleve algo mejor. Aprovechamos el viento de cola para "volar" dirección Labastida. Tal era el viento, que en un semillano descendente me marcó el cuenta 75 Km/h. ¡Lástima que fueran unos pocos kilómetros!

La subida a Rivas de Tereso la hago muy bien de ánimo. De hecho, Tras subir la Herrera sé que voy a terminar. No pensábamos que se haría tan larga, pero acabo de mirar la altimetría en APM y es que son 10 km. El descenso a Berritxu le encantó, y es que era muy bonito. Ya solo nos quedan 60 km. y es cuando paramos a por agua y aprovechamos para tomar un caldito en un bar y para arriba.

Mi segundo momento de debilidad sucede en este tramo hasta Vitoria. No es un momento como el anterior, debilidad psicológica, sino física. Me entra un hambre que te cagas. Lo que hubiera dado por un bocata aunque fuera. Y encima ya no me quedaba nada en el bolsillo del maillot. A Berritxu le quedaba una barrita y me la dió y el estómago se me asentó un poco y ya sí que no había quien me parase. Subir Vitoria y estaba mascado. Mi record de kilómetraje ya lo había pasado y me encontaba bastante bien.

Y de ahí al final no hay mucha historia. Solo darle las gracias a Berritxu por todo.
- Por esperarme en todos los descensos, en los que me sacaba una pasada. El baja muy bien, y yo de puta pena y encima con mucho miedo después de la caída que tuve el domingo pasado.
- Por esperarme en las subidas, en las que poco a poco me iba quedando.
- Por darme conversación contínuamente, lo que hace muy llevadera la ruta.
- Por esa barrita salvadora antes del Pto. de Vitoria.
- Por sus clases magistrales de cómo ir comiendo y bebiendo contínuamente para no pillar la pájara.
- Y por aguantarme.

Bueno, 220km., casi ni me lo creo, y con 3.500 acumulados, buah, qué flipe. Y encima acabé bien, que es lo mejor de todo, sin duda porque estuve bien aconsejado en todo momento. Hice todas las subidas regulando muy bien, nunca me cebé, todo porque no sabía cómo respondería pasados los 150. Ahora ya lo sé, para la próxima.

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