Más castillos a oscuras

El descenso del Puerto de Gáliz hacia Alcalá de los Gazules me regala otro precioso atardecer. Es un buen momento para detenerse a comer relajadamente.







La llegada a Medinia Sidonia va acompañada de bastante tráfico. Aparco cerca de la gasolinera de entrada y, ya en bicicleta, me mezclo con los coches negociando las rotondas.




La corta subida, de apenas tres kilómetros, casi no la veo pasar. Callejeando llego a una callejuela empedrada de gran desnivel y, en la zona de la iglesia, tengo que desmontar para subir escaleras. El castillo se intuye, puesto que tampoco está iluminado. Tan solo el foco de mi bici y las luces bajas del pueblo contrastan con la oscuridad reinante.





Me voy a dormir a la playa.

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