TC4: Villablino - Oviedo

Me despierto a las 06:30 y me levanto para comprobar si el chico encargado habrá venido a cerrar la verja del polideportivo. No lo ha hecho, así que me vuelvo a meter en el saco decidido a dormir una horita más. He quedado a las 10:00 en Somiedo y con que salga a las 08:00 será suficiente para recorrer sin prisas esos 35km. Ayer decidí remodelar mucho la ruta, ya que la bici no me está dando garantías, y de Pola de Somiedo tiraré ya para Farrapona.

El tramo que me deja en Piedrafita de Babia sigue dejando muestras del precioso trazado del río Sil. Creo que no he visto río que genere uno tan hermoso durante tantísimos kilómetros. La zona, tan temprano, se mantiene muy sombría, lo cual es una bendición para mí.







En Piedrafita se inicia la vertiente leonesa de Somiedo, que apenas es puerto por este lado. Eso sí, se hace patente la frontera asturiana, llena de picachos por todas partes.












El descenso de Somiedo me muestra de nuevo la belleza de este puerto. ¡Me encanta!






Llego a Pola de Somiedo a eso de las 10. Me siento en un murete y, en menos de cinco minutos, aparecen Javier y Sonia con los que tomo un colacao y charlamos durante un par de horas. Iba a subir Farrapona pero no sé yo. Creo que la transmisión no me lo va a permitir así que, como ya he hecho todo lo desconocido de la ruta, decido seguir hasta Oviedo y terminar allí esta tacada. Me da rabia haberles hecho subir hasta aquí con lo cerca de Avilés que voy a estar luego.

Tras despedirnos, desciendo por este precioso valle hasta llegar a Belmonte. Antes quedaba el único CIMA asturiano que me queda, pero Javier ya me ha advertido de que hay rampas por encima del 10% y no voy a poder subirlas sin que se me salte la cadena. De todas formas, ya tengo fecha para volver a por él.





Para llegar a Grado, me meto una subida alternativa a Cabruñana que va por el túnel de la autovía porque en la rotonda indica Oviedo y no estoy seguro de si será la otra opción que marca. El arcén es estupendo y no hay señal de prohibido bicis, así que para adelante.






Tomo la salida de Grado y, desde allí, sigo por la N-634 hasta Trubia. Acostumbrado a viajar por la autovía, me había perdido lo espectacular que es este tramo asturiano.





De Trubia a Oviedo ya solo queda el Alto de Sograndio, una pequeña cota con unas vistas increíbles de la Sierra del Áramo. Apenas tendrá porcentajes superiores al 6% y no para de darme saltos la cadena. Ya se estaba poniendo muy chunga la cosa.










Llego a Oviedo con mucho tiempo de margen para la salida del autobús. Me llama la atención un edificio futurista que hay en la zona oeste. Al preguntar, un tipo me dice que lo llaman El Calatrava. ¡Buff! ¡Que no les pase nada!



Saco billete y aún me quedan un par de horas, así que me voy a comer algo. Frente a la estación hay un Kebap. Nunca había estado en ninguno, pero he de decir que estaba muy bueno.



A la 19:45 sale el autobús. Es, de laaaargo, el autobús más cómodo en el que he estado. Tiene solo tres asientos por fila, además de cuero, con acabados de lujo, wi-fi gratuito a bordo, botellines de agua fría de cortesía en el frigorífico, baño, bandejas de frutos secos, caramelos, ..., monitores TFT, ... ¡Joder, qué pasada!



El viaje se me hace comodísimo y llego a Bilbao a las 23:15. No he hecho la transcantábrica que tenía planeada pero sí he completado los principales objetivos que llevaba. Las próximas transcantábricas y transpirenaicas, ya al margen del CIMA, serán rutas más tranquilas, menos exigentes, y mucho más selectas. Estoy hartito de hacer cuestas rebuscadas sin especial atractivo y quiero seguir esta afición volviendo a hacer puertos de verdad.

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2 Comentarios

  1. anda que meterte por la autovia....... Como te comente un dia, hay que mirar mas a la bicicleta

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  2. Si cuando tienes razón, tienes razón, jejeje

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