Fenomenal mañana la de hoy. Tengo que trabajar de tarde, así que me diseño una buena etapa pero planificando bien los horarios de paso para que me de tiempo a ducharme y a comer. Hace mucho que no visito Lekeito, así que para allá que me voy. Los 130km y dos mil metros de desnivel no deben ser problema para llegar a la hora.
Salgo poco antes de las 09:00 junto a la familia. Unos que van a clase, otros que salen a correr, y yo que me cojo por la rotonda del ayuntamiento para pasar al valle del Txorierri a través del alto del Vivero. En cuanto cojo un poquito de altitud, se ve un hilo de niebla por la zona del Pagasarri.
Desciendo hacia Lezama y atravieso Larrabetzu para ascender Aretxabalagane. Este puerto es igual que vengas entre semana o un domingo porque casi nunca hay tráfico que moleste. Tal vez por ello, y porque por aquí pasa la Bilbao-Bilbao, se trata del puerto más transitado de España por los cicloturistas.
En el alto de Gerekiz, tomo la derecha para bajar hasta Gernika y seguir camino hacia la costa. Es dejar la población más importante de Urdaibai cuando se inicia un buen repecho antes de llegar a Kortezubi.
Y en Kortezubi empieza Muruetagane, también conocido como el alto de Ereño. El primer tramo tiene una rampa maja con una bonita herradura con amplias vistas a la ría. Luego es bastante más sosete.
Desde Gautegiz-Arteaga solo son tres kilómetros a algo menos del 7% de media que, con lo que llevo andado hasta aquí, no es demasiado problema.
Corono Ereño y sigo hacia Lekeitio por una carretera con unas vistas preciosas, y más en un día como este. La temperatura es perfecta para andar en bici. Hace sol pero no calienta lo suficiente como para quitarse los manguitos de los brazos.
Llego a la turística población costera a eso del mediodía, con tiempo suficiente como para tomarme un rato de respiro y comer lo poco que llevo en el bolsillo del maillot.
La marea está baja y le sienta muy bien a la ría del Lea que da nombre, junto con el vecino Artibai, a esta preciosa comarca vizcaína.
Me siento en un banco del mirador que hay saliendo ya para Ondarroa. Las vistas de la playa de Karraspio son geniales para relajarse un momento contemplando la isla de San Nicolás que, con la marea baja, es accesible a pie.
Tras el breve descanso, sigo la ruta del litoral y coincido con muchos ciclistas y con muchísimos corredores a pie.
No llego a Ondarroa porque me desvío antes para subir Asterrika. No llega a tres kilómetros esta bonita subida que enlaza con Berriatua a través de la montaña.
A pesar de la rampa inicial que hace pensar que se trata de una subida de cierta dureza, luego se calma mucho y se deja degustar con agrado.
Pista estrecha, buen asfalto, mejores vistas, ..., disfruto mucho de este corto esfuerzo que me deja las piernas a tono para subir Trabakua para el final.
El descenso a Berriatua es algo más corto y también más pronunciado. De hecho, se supera el 10% en un kilómetro completo al tener que bajar a menor altitud de la que lleva la carretera de la costa.
La frondosidad del valle de Artibai es increíble. La vegetación salta a la carretera por todas partes y me encuentro a varios equipos de desbrozadores camino de Markina.
Sin duda, una valle de una belleza extrema. Siempre picando para arriba, pero con muchísima suavidad, llego al cartel de inicio de puerto.
Solo los dos kilómetros previos al túnel encierran alguna rampa exigente. Incluso se supera el 10% en algún momento pero, la suavidad previa, no deja que pase factura.
La salida del primer túnel coincide con el puerto de Trabakua. Se sigue un rato llaneando con vistas a los aerogeneradores del Oiz de frente.
De Trabakua a casa es todo terreno favorable. Tan solo un repecho en Amorebieta y el alto de Miraflores, ya llegando a casa, rompen el ritmo frenético de bajada. Los 130km de esta ruta son suficiente entrenamiento para lo que me espera este viernes.
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