Estreno en la olímpica

La entrada en el verano trae consigo la apertura de la piscina exterior de Artxanda, la única piscina olímpica que tenemos en Bilbao con sus 50m. de longitud y sus ocho calles. Para probar qué tal se nada en ella, me diseño una jornada híbrida de carrera y natación.



Artxanda es uno de los montes que rodean Bilbao y en él se halla el más guapo de todos los polideportivos. Salgo de casa pasadas las nueve para subir corriendo por Matiko y, tras cinco kilómetros bastante duros de continuada ascensión, llego a tiempo de que abran la piscina exterior a las diez de la mañana.

La piscina exterior tiene un pequeño inconveniente, y es que está más fría que las interiores. Bueno, mucho más fría. La entrada es para valientes pero, una vez dentro, se lleva bastante bien. En el primer largo entro en calor y la temperatura del agua ya no es para tanto.

Como nunca he nadado estas distancias de seguido, se me hace duro y me conformo con completar siete largos. No hay donde agarrarse al llegar al final y se me hace imprescindible aprender a dar media vuelta como hacen los nadadores porque cada cambio de sentido es un poema y rompe demasiado el ritmo.

Satisfecho con la distancia inicial, que ya iré aumentando cada vez que suba a Artxanda, me vuelvo a casa pero bajando por Arabella. Es más directo y solo necesito cuatro kilómetros, lo que hace un total de nueve de carrera en esta salida.

- 7 x 1 (100 m). crol.
Total: 700 metros

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