Hoy hace una semana que me trajeron el kayak a casa y ya van unas cuantas salidas con él. Tengo que decir que estoy encantado con la adquisición. Está siendo lo que esperaba. Me permite ejercitarme disfrutando muchísimo del deporte y de la ría, algo que a uno de Bilbao como yo le hacía muchísima ilusión.
He comprobado que, al igual que para la natación en el mar, la pleamar es la hora más adecuada. La subida de la marea trae consigo dos cosas: el agua está más limpia y la línea de flotación más alta, lo que me permite tener una perspectiva mucho mejor de la ciudad. Así que, como hoy es a las seis de la tarde, salgo a eso de las cinco para que me coincida a mitad de la sesión.
A diferencia de la última salida, el aire de cara es más suave en la bajada, aunque también sopla bastante. Es lo malo de que la pleamar coincida de tarde. Por las mañanas el aire suele estar más tranquilo. Sin embargo, la ría está muy calmada, sin apenas oleaje. Bueno, es una ría, el oleaje es el que es.
El tope lo tenía en el puente de Deusto y hoy llego hasta el museo marítimo. Alargo la distancia algo menos de un kilómetro, tardando casi 48 minutos. El último día acabé muy cansado así que decido palear a una cadencia más baja y algo menos potente porque la distancia será superior y quiero dosificarme.
Doy media vuelta al llegar a las esclusas del museo y llego a casa con siete kilómetros y medio y con viento favorable. La vuelta, con ese aire de espaldas, se me hace muy fácil y decido continuar un poco más hacia La Peña para redondear los ocho kilómetros en una hora y cuarenta minutos. Esta distancia ya es más de media ría de Bilbao, porque solo son trece kilómetros hasta el Puente Colgante. Lo mismo estoy para hacer el descenso completo antes de lo que pensaba, aunque ida y vuelta son seis horas y para eso tendré que entrenar muchísimo.
De todas formas, llevo solo una semana y ya estoy cerca de las dos horas. Las molestias en los lumbares han desaparecido y voy a dejar aparcado el tema de mejorar el asiento. Si veo que sigue sin molestarme el que tengo, continuaré con él. De brazos tampoco estoy teniendo problemas. Creo que nadar me ha hecho mucho bien y que el kayak lo está agradeciendo.
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