Dos días después de regresar de la BIHUBI, tras un merecido descanso sin hacer absolutamente nada para poder ir recargando las pilas, aprovecho que la pleamar es a las seis de la tarde para seguir progresando con el kayak.
Ha quedado una tarde estupenda y, aunque no tenía idea de hacer tanto, me planto en el muelle de Olabeaga con cuatro kilómetros y medio recorridos. Con marea alta es una gozada palear y, aunque hace un poco de aire de cara algo molesto, tampoco es para tanto. Al final, me salen nueve kilómetros y voy estirando la distancia. Termino algo fatigado porque llevaba unos días sin hacer piragua.
La ría cada vez tiene más actividad. Coincido con varios chavales con embarcaciones a vela a la altura del museo marítimo y, tal vez por esta actividad que empieza a tener la ría, es la primera vez que veo un servicio de limpieza con una pequeña barca a motor y dos operarios de Bilbao Garbi sacando mierda del agua con un cestillo.
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