Corta pero intensa

Hoy tengo la mañana ocupada y solo puedo salir por la tarde y no mucho rato. Así que improviso algo sobre la marcha y, tras subir el alto de Miraflores, como casi siempre, llego a Basauri y me da por subir a Zaratamo por Arrigorriaga, que hace mucho que no me meto por ahí.



Por esta vertiente, Zaratamo apenas llega a dos kilómetros pero a un 7% majo. Lástima que la carretera está bastante arrugada y se hace muy botosa.


Se me pone a llover a media subida como intentando tirar una tormenta de verano, con ese olor a ozono tan característico y que resulta tan atrapador. Pero solo son dos gotas que empapan un poco la carretera y que ni siquiera las noto en la vestimenta.


Bonita subida pero es tan corta que pasa en un ti-tá. Antes de llegar junto a la iglesia, ya para de llover. Lo dicho, han sido tres gotas mal contadas.


Tomo la bajada hacia Arkotxa y es cuando decido seguir con la subida al Vivero. En cuanto llegue a Galdakao, seguiré hacia Erletxes para subir por allí.


Aunque a poco de empezar a bajar, hay un repechito y me entretengo sacando fotos de bajada de esta otra vertiente.


Algo más larga, aunque solo tenga tres kilómetros, esta vertiente de Arkotxa es más bonita que la de Arrigorriaga, aunque mucho más suave.


Las dos nubecillas que había por ahí deciden moverse un poco y sale un sol muy rico que se agradece mucho.


Ya en Galdakao, como no voy a hacer muchos kilómetros, solamente algo más de los cuarenta, me propongo subir el Vivero pero a buen ritmo. Ya que estamos, pues que la tarde sirva para algo.


La primera rampa de la subida por Erletxes, justo en una curva cerrada a derechas, es la más dura de todas superando el 10% con creces. La paso en pie sobre la bici y con piñones bajos, para exprimirme un poquito.


Superada esta primera rampa, ya no hay ninguna de esos números y todo se mantiene constante pero con la media de los kilómetros subiendo poco a poco desde un 5% hasta un 7%.


Hasta llegar a la altura del campo de golf, donde la cosa se pone muy flojita para pasar por el área recreativa de El Vivero llaneando o incluso, en algún tramo, bajando.


No tenía pensado subir hasta las antenas de Ganguren pero, ya que estoy en plan sudar un poco, me desvío por la pista y sigo con la patata caliente.


A las antenas llego resoplando. Hacía tiempo que no me ponía a este ritmo en la bici y no creo que lo vaya a repetir a corto plazo. No me gusta mucho hacer bici así, prefiero mi ritmo habitual en plan turista de bicicleta.


El descenso, también por cambiar el que suelo hacer siempre desde Ganguren por Artxanda, lo hago por la vertiente que subieron el año pasado en la Vuelta y, una vez en la N-634, vuelvo a meter zapatilla a tope llegando a casa con una sudada increíble.

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