Trail con frontales y linternas

Ya queda poco para el medio maratón nocturno y la salida de los jueves sigue siendo por la noche para acostumbrarnos al horario en el que se disputará la prueba y, como estamos dándole cada vez más a lo de correr por pistas y senderos, nos llevamos las luces para probar qué tal nos funcionan por la montaña.



Estos días atrás, hemos estado mirando frontales en las tiendas deportivas pero no nos hemos terminado de decidir porque parecen de juguete para el precio que tienen, así que optamos por salir con lo que ya tenemos. Amaia corre con un frontal que compré hace unos años en un Todo a 100 y yo con el faro de la bicicleta.

Nos vamos por el paseo de Los Caños para correr a oscuras por las faldas del Malmasín y el frontal apenas ilumina y la Powerled tiene una pega: la tengo que llevar en la mano. El soporte que he diseñado en la riñonera para la luz y para la batería va de cine pero corriendo se gira la cadera y la luz baila demasiado. Además, apunta demasiado baja y no se aprovecha toda su potencia, iluminando muy bien en el paso pero no en la distancia. Pero bueno, llevándola en la mano tampoco molesta. Para unos días es más que suficiente y, si nos da por salir de noche más a menudo, ya nos agenciaremos unos buenos frontales que, por su posición junto a los ojos, mantienen la luz más fija en un punto determinado.


Con todo ello, la salida es muy entretenida y se nos pasan enseguida los once kilómetros de que consta, incluyendo buenas cuestas, tanto para arriba como para abajo. Las molestias de los cuádriceps ya han desaparecido y todo marcha perfectamente.

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