Parece que la distancia de un medio maratón ya está muy asimilada y Amaia se ha planteado seriamente el salto a la carrera por montaña, algo que me alegra enormemente porque correr por este terreno sí que me divierte y me apetece mucho poder compartir marchas y carreras con ella. Para empezar, optamos por hacer una subida al Pagasarri para reconocer bien el terreno y que luego ella se vaya atreviendo a subir corriendo.
Ander también se anima a acompañarnos y, para tener un buen premio en la cima, me levanto un poco antes para preparar una tortilla de patatas, que es una de mis especialidades culinarias. Metemos la delicia en una mochila y cogemos pan por el camino.
Antes de salir, pensábamos que nos iba a llover algo pero, a medida que va avanzando la mañana, vemos que el día va a quedar cojonudo. Además, hoy es festivo en Euskadi y la subida está petada de gente. En algo así como hora y media llegamos arriba y hace hasta calorcillo, genial para comer el bocata disfrutando de las vistas sobre el Gran Bilbao.
Antes de bajar, hacemos cima también en el Ganeta y bajamos por la pista larga porque es por donde Amaia irá probando para subir corriendo hasta la punta. En nada, viendo como sube la tía, lo tendrá hecho, no me cabe la menor duda. Llegamos a casa con 16km y está como si nada. Ander no puede decir lo mismo, jejeje
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